Columnistas, Opinión

Hay varias razones de peso por las que cambiar la Constitución en el Ecuador resulta imperioso, sin embargo, a todo aquel que mantenga una pizca de amor propio y otro tanto de memoria, seguramente le bastará una sola: que la actual nació con el fétido hedor a delincuencia organizada.

El excandidato presidencial León Roldós y entonces asambleísta constituyente, denunció en el 2008 ante la Fiscalía General del Estado (ya en manos correístas) que el texto de la Constitución de Montecristi aprobado en referéndum no correspondía con el que se aprobó en la Asamblea, delito demostrado al comparar las actas de las sesiones con el documento oficial y comprobar al menos siete “falsedades de contenido normativo”. En otras palabras: el actual texto impreso sería fraudulento y nulo al no reflejar lo que en verdad se votó en las sesiones.

Con esto se demuestra que el problema no es solo la constitución chavista como tal, lo cual ya es decir bastante, sino además, la picardía y los alcances propios de delincuentes contumaces que, desde el primer día, jamás tuvieron el menor empacho en delinquir abiertamente, esta vez, falseando y alterando resoluciones de un organismo de la talla de la asamblea constituyente.

Como si diez años de desgobierno y dieciocho de hacer narcopolítica no fueran suficientes para confirmar los verdaderos rostros e intenciones detrás de ese mamotreto comunista / pro-delincuencia (perdón la redundancia), a continuación se lo ratifico con dos argumentos:

  1. En la actual constitución, las personas privadas de libertad (PPL) son consideradas grupos de atención prioritaria, lo cual implica el derecho a atención especializada que reconozca su situación particular. Sí, aunque resulte difícil de creer, en el Ecuador un asesino, sicario, extorsionador, terrorista o narcotraficante por el solo hecho de serlo y estar preso tiene prioridades y derechos especiales a diferencia del ciudadano común y decente, mientras que al policía que nos defiende de aquellos se le niega el derecho a proteger su vida y la nuestra.
  • ¿Por qué los políticos corruptos de la RC5 que, curiosamente fueron los que patrocinaron y redactaron la actual constitución, huyen felices del país cada vez que la ley los encara? Pues, porque se curaron en sano blindando constitucionalmente los tres delitos por los que ahora son reconocidos dentro y fuera del país: delincuencia organizada, terrorismo y lavado de activos, los cuales no pueden ser juzgados en ausencia y prescriben en el tiempo.

Y hay muchos otros, desde luego, pero, ¿Acaso tengo que argumentar más? ¿Acaso, independientemente de lo aquí señalado, no son suficientes las pruebas a raudales que durante casi dos décadas vinculan directa e inequívocamente a los creadores de la constitución vigente con la delincuencia en todas sus formas y niveles? ¿Acaso no son razones suficientes para echar al tacho de la basura la ley mayor que los ampara?

Por esto, todos deberíamos votar SÍ al cambio este domingo. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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