Patrimonio cultural un reto para todos

Querido lector que sigue este espacio de reflexión, usted conoce mi exposición de algunas tesis sobre “lo” cultural y el mundo contemporáneo, en esa línea me es indispensable compartir con usted algunos elementos sobre el denominado patrimonio cultural.
En primera instancia recordemos que a fines del siglo pasado termina una inmensa etapa denominada la modernidad, empezó entonces la posmodernidad caracterizada por la relativización de las verdades, la crisis del racionalismo y la generalidad de los denominados derechos, pero esta etapa se agotó pronto, algunos hechos globales ponen en cuestionamiento la vigencia de esta categoría y se habla de la crisis de la posmodernidad precisamente a un cuarto de siglo en los tiempos presentes.
En este contexto civilizatorio e impredecible de lo que nos espera a la vuelta de la esquina con conflictos de todo tipo, la memoria colectiva se pregunta sobre su vigencia y valoración.
El marco de una aldea global, de la facilidad de libre movilidad en el mundo que se expresa en el viaje, en la interrelación de culturas distantes ahora cercanas tanto por la capacidad de tomar un vuelo mucho fácil que hace cuarenta años e incluso los virtuales, ponen a prueba la capacidad de la identidad y su existencia.
El largo camino recorrido del hecho cultural trazado por la humanidad, ha visto nacer muchas culturas pero morir también varias, en la globalización es necesario un modelo de vida que de importancia a la identidad local, solo la capacidad de valoración, sistematización, explicación, lectura y gestión pública y privada del patrimonio cultural tangible e intangible, permitirá dotar de elementos lógicos a nuestra población el dialogar con todas las culturas del mundo y no disolverse en medio de vértices de formas, colores y sonidos de otras culturas en detrimento de lo que significamos y lamentaciones públicas del por que nuestra niñez y juventud no sostienen los conocimientos históricamente formados.
Pues un conocimiento solo se vuelve cultural si tiene una razón lógica y es patrimonio si es reconocido sostenido y expandido por las nuevas generaciones, por lo que las declaratorias de objeto, ciudades o fiestas “patrimoniales” por instituciones públicas no le hacen patrimonio a un hecho, solo la impulsan para atraer la atención de recursos sobre ese hecho, pero en realidad solo la legitimidad de las nuevas generaciones sostiene el patrimonio o su final, en tal sentido se prepara el congreso de gestión del patrimonio. (O)