Jugador de fútbol y ejecutivo de negocios

Columnistas, Opinión

El fútbol posiblemente es el deporte que genera mayor pasión entre millones de personas a nivel mundial, no en vano se lo denomina “El Rey de los Deportes”.   Evidentemente, el fútbol es un juego de conjunto en donde cada uno de los jugadores aporta con su contingente para que, en base a lo planificado por el director técnico, el equipo pueda hacerse de la victoria.

Ciertamente, existen ciertas cualidades exclusivas de algunos jugadores que los hacen únicos y que en determinado momento pueden cambiar el resultado de un partido a favor de su equipo, me refiero a aquellos jugadores con talento y que reúnen ciertas características especiales como la habilidad y la disciplina.

De la misma manera en el campo empresarial, la organización es un equipo de personas que trabajan en función de obtener objetivos; no obstante, evidenciamos como algunos hombres desarrollan con éxito su labor, influyen positivamente a sus compañeros de trabajo y hacen que la empresa experimente tendencias ascendentes en sus ingresos y desarrollan el prestigio y la imagen empresarial.

Efectivamente, el jugador de fútbol talentoso manifiesta un alto porcentaje de habilidad, cuando desde fuera del área dispara el balón y la pone en el interior del arco, ó cuando se eleva y al cabecear cambia la trayectoria del balón para marcar el gol de su equipo etc. Todo esto permite generar fidelidad en los hinchas del equipo, los mismos que acuden y llenan el estadio, por tanto, el equipo obtiene mayores ingresos.  De la misma manera el ejecutivo de negocios piensa primero en lo estratégico y después en lo operativo, planifica o prevé el futuro en vez de padecerlo, desarrolla su liderazgo y se adelanta a la competencia todo esto para satisfacer y generar fidelidad de sus clientes; y esto se traduce en mayores ingresos para la empresa.

La pasión es un elemento fundamental tanto en el fútbol como en los negocios, de hecho, si creemos en algo y estamos comprometidos con ello, la pasión seguirá un curso natural. Es evidente como los jugadores con talento celebran los goles de una manera sui generis e impulsan a los demás integrantes a celebrar el mismo. En la organización quienes manifiestan una actitud pro activa empujan a los compañeros a dar todo de sí para ser leales a la organización y poder cumplir con los objetivos.

El talento del fútbol y el líder de los negocios no esperan que los motiven, saben que la motivación es intrínseca. (O)

Deja una respuesta