Cierres viales preocupan a Ambato

La Cámara de Comercio de Ambato expresó su inquietud por las afectaciones económicas que están generando las movilizaciones y cierres de vías en otras provincias, aunque no se desarrollen directamente en Tungurahua. Cristina Hernández, representante del gremio, señaló que el impacto se siente de manera inevitable en el entorno local.
Hernández destacó que la afectación es progresiva y constante, pues los comerciantes y empresarios de Tungurahua no solo limitan sus actividades al cantón, sino que operan a nivel zonal, regional y nacional. Esta interconexión significa que cualquier bloqueo en las arterias del país afecta la cadena de valor ambateña.
Una de las mayores preocupaciones es el impacto en la cadena alimenticia y los productos agrícolas. La provincia comercializa una gran cantidad de productos perecibles que, al no poder llegar a tiempo a los mercados y al consumidor final debido a los cierres viales, pierden su valor, afectando gravemente la fase productiva y agroindustrial.
La representante hizo un llamado a las autoridades y a los movimientos sociales para que busquen la claridad y la paz necesaria. Recordó los nefastos precedentes de los paros de 2019 y 2022, donde Tungurahua quedó «totalmente cercada», lo que resultó en graves pérdidas de empleo y un aumento de la migración, escenarios que, según ella, la economía actual no puede sostener.
Hernández instó a los movimientos indígenas de Tungurahua a reflexionar sobre el progreso que ha tenido la provincia en servicios, educación, cooperativismo financiero y desarrollo empresarial. Subrayó que los cambios se logran con una estrategia a corto, mediano y largo plazo, y no bajo la premisa de «soplar y hacer botellas».
La Cámara de Comercio ve el problema de las paralizaciones como un lastre que se suma a una cadena de crisis: paro de 2019, pandemia, paro de 2022 y crisis energética de 2023. La economía ecuatoriana no está en capacidad de soportar más detenciones que impidan a las familias «llevar el pan a casa».
Otro punto clave es la necesidad de formalización económica y la lucha contra las actividades ilícitas. La ingeniera citó el ejemplo del contrabando de combustibles, cuyo control ha revelado pérdidas que superan los 1.000 millones de dólares, evidenciando los altos costos de la informalidad y la inestabilidad.
Finalmente, la líder gremial hizo un llamado a fortalecer el trabajo como la única vía para que los empresarios y trabajadores puedan sostenerse en un ambiente caótico. La meta es alcanzar la reconstrucción del tejido social y ver pronto «esa luz al final del túnel» que el país necesita para cambiar de rumbo y enfocarse en el bienestar. (I)