Vientos de paz

El inesperado acuerdo entre Hamás y Netayanhu abre la puerta para la paz en la Franja de Gaza, después de tanta devastación, muertes y éxodos. Hasta hace unos pocos días era difícil pensar que Trump, tan comprometido con el gobierno israelí, hubiera podido cristalizar tal acuerdo. Lo hizo y, por ello, merece todo el crédito por la pacificación en esa zona tan conflictiva. Con la paz llegarán también recursos e inversiones para la reconstrucción de la Franja. Habrá que mirar con especial atención la transformación que allí se va a realizar no sólo con la reconstrucción de ciudades y edificaciones sino con la implementación de servicios públicos esenciales, entre ellos, los de salud y educación. Dado que los palestinos de la Franja carecen de un gobierno debidamente constituido, será una administración internacional técnica del más alto nivel la que asuma la tarea de levantar a Gaza desde los escombros. Además, será interesante observar como los terroristas de Hamás, causantes directos del desastre y del ataque de Israel, abandonan la Franja y les permiten a los gazatíes entenderse con los israelitas.
Otro capítulo pendiente de Trump es la guerra entre Rusia y Ucrania. Se ha demorado la pacificación. Putin no quiere retroceder sino consolidar la invasión. Ni siquiera la Unión Europea ha logrado hacerle recapacitar. Poco le ha importado a Putin el armamento y el financiamiento europeo a Ucrania. Las sanciones económicas tampoco le han infligido el daño esperado a la economía rusa. El reciente anuncio de Trump de enviar a Ucrania misiles de largo alcance, algo le ha preocupado. Habrá que esperar cuanto más puede presionar Trump para pacificar esa región.
En América Latina, parece que Trump, el mandamás del mundo, se va a anotar un punto a su favor con el cambio de régimen en Venezuela. El asedio a Maduro es de tal envergadura que algunos acólitos del dictador han abierto canales de comunicación con el gobierno de Estados Unidos para evitar ser atrapados y encerrados por la administración estadounidense. No hay duda que Maduro va a caer. El Nobel de la Paz para Corina Machado, la valiente opositora del chavismo, ha sido un golpe letal para la dictadura de Maduro.
En nuestro país, una minoría, en zonas muy reducidas de la sierra, sigue en el conflicto por la eliminación del subsidio del diesel, sin dar señales de paz. El gobierno, por su parte, hace lo correcto al mantener la eliminación y salvaguardar el orden y la paz. En todo caso, pronto el país recuperará la paz en esos territorios controlados por los violentos. Y cuando esto ocurra, le tendremos a Trump con las bases ofrecidas, con las que se espera que el Ecuador vuelva a ser esa isla de paz que fue hasta hace algo más de una década. (O)