Ser Bachiller / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

Una de las causas de insomnio en muchos jóvenes y padres de familia es la prueba Ser Bachiller. Los estudiantes están obligados a superar este examen antes de terminar el nivel de educación intermedia y para conocer su futuro como aspirantes a un puesto en las universidades públicas. 

Esta decisión fue tomada en el 2012, solamente como requisito para acceder a la universidad, pero después se fusionó con el examen de grado. Ante los cuestionamientos y rechazos, el año anterior, de parte del gobierno se ofreció mejorar la prueba en beneficio de los estudiantes. El mismo presidente, junto con la ministra de educación, transcurridos varios meses de la oferta, el 19 de noviembre, realizó la presentación de un nuevo modelo. El mismo que fue estrenado el fin de semana reciente. Los resultados serán públicos los próximos días, aunque cada estudiante sabe cuántos aciertos y errores tuvo y la posible calificación que le asignará el sistema. 

La forma de afrontar la prueba genera alternativas novedosas: clases extras en los planteles educativos, cursos particulares y pruebas en línea. Los estudiantes de tercer año de bachillerato y los rezagados que todavía no consiguen puesto en alguna carrera dedican muchas horas a prepararse; mientras las familias buscan financiar la inscripción de sus hijos en los preuniversitarios, cuya multiplicación revela la prosperidad del negocio. Al final, la decepción suele ser grande para los que no alcanzan la calificación esperada. 

El año 2020, especialmente significativo para los precandidatos, convierte este examen en oferta de campaña. Uno de los presidenciables, que participará por tercera vez, promete eliminarlo y cerrar la Secretaría de Ciencia y Tecnología. Habrá que esperar la posición de los demás precandidatos. 

En medio de esta incertidumbre, para Tungurahua hay noticias alentadoras. Los resultados del período 2018 – 2029 señalan que las instituciones mejor ubicadas están en la Sierra central del país. Los diez primeros colegios pertenecen a Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Bolívar. La Unidad Educativa Jean Piaget, de Latacunga, se lleva el primer lugar con 9.64 puntos y la Unidad Educativa Sagrada Familia de la ciudad de Ambato, con 9.55 puntos, ocupa un honroso sexto lugar a escala nacional. Aunque estos resultados son un termómetro de la calidad educativa y no sirven propiamente para evaluar a las instituciones, siempre es bueno estar entre los ganadores. (O)

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