María Corina Machado

La verdad, si yo hubiera tenido que proponer un nombre para el Premio Nobel de la Paz 2025, no se me habría ocurrido el de María Corina Machado; es más, así me lo hubiese imaginado, lo habría tenido que pensar más de una vez por la marcada polarización ideológica que soporta el mundo ahora mismo y las determinantes implicaciones políticas que esto conllevaría para el organismo nominador.
Lo más obvio, a pesar -también- de la enorme carga política, era que se lo den al presidente norteamericano Donald Trump, quien, con sobra de méritos debió ostentar el galardón. Con esto no digo que sea inmerecido habérselo dado a la activista política venezolana, todo lo contrario, me parece acertadísimo, pero, indiscutiblemente a todos nos agarró de sorpresa.
Y en buena hora, porque a pesar o -precisamente por- las cuestiones ideológicas, nadie en el mundo merecía el Nobel de la Paz más que María Corina. La sorpresiva noticia, entonces, nos supo extraordinaria, alentadora e inmensamente positiva porque no solo hace justicia a una mujer valiente y leal, sino que además habla de la independencia del Comité noruego del Nobel.
Independencia que se traduce como tremendamente oportuna al llegar en el momento exacto, justo cuando, por un lado, Trump evalúa si usar o no la fuerza militar en Venezuela y, en caso de usarla, ¿cómo usarla?, y por otro, cuando, gracias al acuerdo de paz (propuesto también por Trump) y aceptado por los terroristas de Hamás en Medio Oriente, tanto ellos como todos los “woke” izquierdistas que los apoyan no tienen ya pretextos para victimizarse y continuar la guerra con Israel. En resumidas, es un clarísimo e inequívoco mensaje en contra, particularmente, de la izquierda violenta del mundo que apoya a dictadores y grupos narcoterroristas.
Así las cosas, recordemos que la mejor herramienta, entonces, para combatir a las narco-dictaduras es la verdad y la lealtad a la paz y a los valores democráticos, que es justamente lo que ha venido haciendo María Corina a lo largo de todos estos años y lo que el Comité noruego ha destacado en ella.
El periodista Jaime Beily, dice al respecto: “…es una sonora bofetada que los noruegos le han dado a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello”, y añade: [con este premio] “los suecos están diciendo también que Maduro y Cabello son los enemigos de la paz en Venezuela…”
Este Premio Nobel de la Paz 2025, lejos de ser un simple reconocimiento individual, se erige como una declaración moral de alcance global. No solo honra la incansable y ejemplar lucha de María Corina contra la tiranía, sino que, además, nos recuerda que la liberación de Venezuela no es solo una causa local, sino el símbolo de la victoria universal de la dignidad sobre la opresión.
Es hora de que el mundo libre se ponga de pie con la misma firmeza con que María Corina Machado se ha mantenido leal a la libertad. (O)