Las vacunas y su distribución / Editorial

Editorial

La novedad de la semana pasada que con bombos y platillos se anunciaba la llegada de 8.000 dosis de vacunas de Pfizer se vio opacada con la vacunación al personal seleccionado.

En principio se pensó que se iba a vacunar a personal sanitario de primera línea y que atiende directamente a los contagiados por la Covid-19, se armó todo un operativo de distribución de las vacunas  con resguardo policial, militar, agentes de tránsito y autoridades. Todo un show montado por el gobierno, se entregó en hospitales de Quito, Guayaquil, Cuenca y otras ciudades. Todo iba bien hasta que se les ocurrió vacunar a funcionarios que no estaban en lista y también con el pretexto de Plan Piloto se llevó las vacunas a un geriátrico privado en Quito. 

Todos tienen derecho a la vacuna, médicos, enfermeras, personal sanitario, adultos mayores etc., lo lamentable es que con esta pequeña cantidad de dosis de  vacunas llegadas al país se beneficie a personal que no está en primera línea y no se tome en cuenta a los que están  dando la vida para salvar pacientes de Covid; lo triste es escuchar que, en este geriátrico de Quito, hay parientes del ministro de Salud.

El estar en una posición de poder o de mando no le da derecho a influir sobre quién se vacuna, sino ver la necesidad más apremiante y en este caso primero el personal sanitarios (médicos, enfermeras, ayudantes)  que llevan casi 11 meses enfrentando a la Covid-19 y la muerte.

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