La Seguridad Alimentaria/ Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

            Hace un siglo, la fiebre tifoidea, el cólera, el botulismo y la triquinosis eran comunes. La incidencia de estas enfermedades ha disminuido, por lo menos en el mundo desarrollado, gracias a los avances en la sanidad y seguridad alimentarias: mejor cría de animales, mejores formas de refrigeración, la pasteurización de la leche, el enlatado sofisticado y las técnicas de preservación de alimentos.

Los consumidores tienen mayor información en cuanto a cómo lavar y cocinar la carne, el pollo, el pescado y los productos agrícolas.

            No obstante, otros agentes infecciosos han tomado el lugar de los antiguos, entre ello, un problemático grupo formado por bacterias con nombres muy difíciles: Campylobacter jejuni, Salmonella enteridis, E. coli-0157: H7, Shigella sonnei, etc. algunas de estas son formas nuevas de viejos microbios. Otras son las mismas de siempre pero están surgiendo en lugares donde nunca habían estado.

            Según Jennifer Ackerman, de National Geographic, este terrible grupo de patógenos puede sobrevivir a los métodos tradicionales de cocción y refrigeración que alguna vez pensamos, terminaban con ellos.

            De modo que no sería nada raro que un pollo podría estar aderezado con salmonella y la carne con la mortífera E. colli.

Y en este aspecto ni los vegetarianos están a salvo; según algunos expertos, los vegetales solo son seguros si están cocidos. Hay residuos de pesticidas en la mayoría de los productos agrícolas no orgánicos que consumimos.

Qué decir de las frutas que están expuestas a toda clase de contaminantes y que en la mayor parte de casos se las expende sin ninguna protección.

            A todo esto hay que agregar el uso indiscriminado de hormonas como las que se utilizan en el ganado bovino para elevar la producción de leche en las vacas. O la costumbre de administrar antibióticos a los animales para acelerar el crecimiento, lo cual constituye una seria amenaza para la salud humana.

            Por otra parte, la ingeniería genética, gracias a novedosos métodos para modificar y fortalecer las características de muchos cultivos busca alimentar a la población con los denominados “transgénicos”.

            Nos preguntamos, entonces, ¿qué consecuencias tendrán todos estos procesos para el ambiente y para nosotros?

¿Cómo podremos lograr que los alimentos y el agua sean más seguros?

            Hemos de aceptar cierto nivel de contaminación es inevitable para así incrementar nuestras precauciones. (O)     

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