La corrupción es como la pandemia / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Todas las semanas se descubren nuevos casos de corrupción en el Ecuador o hay nuevos y reveladores aportes a los ya conocidos. ¿Cuánta más corrupción estamos dispuestos a soportar? Me temo que toda la que sea necesaria mientras sigamos patrocinándola como ciudadanos indisciplinados e ignorantes, mientras seamos nosotros, ciudadanos comunes y corrientes, los únicos y verdaderos causantes de tamaña desgracia.

Pero, ¿cómo es eso que siendo los políticos y altos funcionarios los directos involucrados en corrupción, terminemos siendo la sociedad civil los únicos y verdaderos causantes de la misma? Pues, no hay mucho que indagar: fomentamos la corrupción desde nuestros propios espacios de indisciplina como por ejemplo al irrespetar la luz del semáforo; al dejar encargado el puesto en la fila del banco; al llegar tarde a una cita; al no respetar las normas de seguridad por el COVID-19; al irrespetar el toque de queda y el uso del salvoconducto; al sobornar al agente de tránsito; etc. Pero también propiciamos la corrupción afincada en nuestra ignorancia al dejarnos engañar permanentemente por políticos populistas y ladrones que compran nuestro voto a cambio de mil promesas de oropel; al aplaudir y vitorear a políticos que ya causaron mucho daño y dolor en millones de familias ecuatorianas; al apoyar a corruptos bajo la consigna ‘robaron pero hicieron obra’ o ‘pero tenemos carreteras’ evidenciando así una muy baja autoestima; etc.

La corrupción es como la pandemia, hay que atacarla con disciplina e inteligencia (estrategia combinada simultáneamente) porque si con el bicho las autoridades armaron una estrategia inteligente y oportuna, pero no contaron con la colaboración disciplinada de la comunidad, de poco sirve; y viceversa, si hay disciplina pero un gobierno sin norte para combatir la epidemia, igual, no marcha. Con la corrupción es lo mismo, si el Estado a través de sus entes hace lo necesario para atrapar a los bandidos y sentenciarlos, pero aún hay una buena parte de la sociedad civil que cree en ellos y los defiende, no hemos aprendido nada; o si por el contrario, el Ecuador entero sabe y los reconoce como granujas y ladrones de cuello blanco, pero el gobierno es parte de la pillería, igual, seguiremos en las mismas. Como ve, en cualquier caso, somos nosotros los directos responsables.

Lo grave sería, y no es exageración si en la realidad sucede, que en la pandemia y en la corrupción se unan las dos condicionantes, es decir, que la indisciplina se sume a la ignorancia y juntas provoquen el caos, que de alguna forma es lo que estamos viviendo. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

Deja una respuesta