Impresiones sobre libros de Pedro Reino. 2020 / Oswaldo Encalada Vásquez

Columnistas, Opinión


Estimado Pedro: Nada más placentero que la lectura. Estamos hechos para ese placer y ese amor. Respecto de sus libros, he aquí algunas impresiones:

Sobre Intentaron una guerra… Me parece muy importante su visión _cierta, totalmente, por otro lado- de las luchas coloniales y de independencia de nuestras pobres tierras. Los gastos de la cooperación forzada de algunos pueblos del Tungurahua, me sorprenden y me llaman la atención por ser coercitivas, tan fuera de lugar en la búsqueda de la libertad. Sobre las luchas intestinas entre caudillos era de esperarse  que los intereses personales estuvieran presentes también en ese ámbito.

Sobre Los nombres de la peringucha. Bueno este librito me ha causado enorme satisfacción. Es una joya de lectura deliciosa. Por acá no usamos ese nombre. Creo que se podría –yo lo haría- tentar ir por una vía etimológica que junte dos elementos quichuas: piri (chiquito, insignificante) y cucha (como recipiente, algo cóncavo). Recuerde que a los blancos los indígenas los llamaron viracocha o huiracucha = recipiente de manteca. Quedaría así=  Piri + n+cucha).

Sobre  Los sustratos… Bueno este libro es ampliamente documentado, como todo lo suyo, y cuestionador. Sin embargo creo que dentro de los estudios lingüísticos ya tenemos algunas certezas extraordinariamente firmes, sólidas como que pi –bi (yo digo que son raíces cayapa-colorado) significan agua o río. Asimismo cay (en cañari) significa agua o río. Del mismo cañari tenemos cela, que propongo y demuestro que es una especie de gentilicio, con el significado de procedente de, originario de, que viene de. Solo así podemos entender que Guamancela sea el que procede de alguien apodado o llamado Guamán, o Cochancela, alguien que viene de la laguna, en términos geográficos o totémicos. Yungacela, el que viene las tierras calientes, Zhiminaycela que el proviene de los dirigentes, de los que ordenan. Sagvaycela, los que provienen del matrimonio, etc. Duchicela, los que provienen de alguien llamado Tuchi. Esto echa por tierra aquello de que es puruhá. Duchicela (como Duchimaza, Duchimachay, Duchilema) es quichua-cañari, fijo.

Respecto de Saraguro es nombre híbrido del quichua sara y del malacato o palta (probables) guro que significa cerro (lo que conecta con la raíz buro-puro del norte, que también significa cerro). Creer que es gusano es un error, a todas luces. Hay otros nombres en al austro como Cochanguro, Shininguro, Challiguro, Gurudel, Guartinguro, etc.

Entre los antropónimos  (P.41),  Shañay,  Tenemasa, Tenesaca, son quichuas. Shañay significa descendencia (por eso el apellido Sucuzhañay  significa el que es parte de una descendencia blanca), Tenemasa es compañero barrigón, y Tenesaca = peñón en forma de barriga.

-Situma me parece una clara hibridación con el quichua uma = cabeza. Recuerde que a los cañaris Garcilaso de la Vega los llama como Matiuma = cabeza de calabaza: -Perugachi (p. 254) es quichua y es realmente pirhuachic = el que construye pirhuas o trojes subterráneas,  así como Huanuchi es el que abona las tierras, les echa huanu; y el que enseña es yachachig (p. 75).

-Carihuairazo, (yo también pensaba en esa forma), pero he visto registrado como Carguayrazo, lo que significaría ya cosa distinta. En este caso carguay = secarse, agotarse y rasu = nieve. Esto conecta magníficamente con lo que usted dice en la p. 108) sobre los choclos en estado cargua, choclos que se están secando.

En fin, primeramente mis cálidas felicitaciones por trabajar en estos temas de profunda nacionalidad, de inmenso amor a las culturas aborígenes y a nuestras raíces. ¡Qué pocos somos los que hacemos esto! Frente a la mercadotecnia y la tecnología que nos superficializa bárbaramente. Y por, último, creo que en el librito de la peringucha hace falta el verbo tumbar, como copular por la fuerza. Icaza lo usa en algunos lugares. (O)

Deja una respuesta