Estado de excepción afecta a Tungurahua

El reciente decreto presidencial que declara el estado de excepción en varias provincias del país, incluyendo Tungurahua, ha sumido al sector productivo local en un persistente clima de incertidumbre y preocupación. Aunque la provincia, hasta el momento, no ha experimentado los bloqueos de vías o actos de violencia reportados en otras zonas, las repercusiones indirectas ya se sienten con fuerza en el engranaje económico.
Así lo manifestó Daniel Salazar, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ambato, quien señaló que, a pesar de poder mantener una operatividad «de cierto modo normal», la economía provincial no escapa a los efectos colaterales de la crisis que se focaliza principalmente en el norte del país.
Una de las áreas más afectadas es el Mercado Mayorista de Ambato, que sirve como importante polo de comercio interprovincial. Salazar indicó que ya se percibe una notable disminución en el flujo de comerciantes y vehículos que llegan desde otras jurisdicciones para vender sus productos, reflejando la cautela de los actores comerciales frente al panorama nacional.
La Cámara de Comercio de Ambato destaca que la afectación se agudiza en los días de mayor movimiento comercial: lunes, viernes y miércoles, cuando la llegada de comerciantes del norte es crucial. Al estar las provincias septentrionales con una fuerte actividad de paro y violencia, el flujo de estos actores se restringe, provocando una merma en la actividad normal de comercio y producción en Tungurahua.
Aunque la entidad aún se encuentra en proceso de levantamiento de información para cuantificar la afectación total, las primeras cifras provisionales son preocupantes. El sector comercial, especialmente en el Mercado Mayorista, reporta una disminución de entre un 30% y 40% en su actividad, una consecuencia directa de la «combustión» social que se vive en el norte y, más recientemente, en Chimborazo.
Salazar expresó el deseo de que la situación derive en un diálogo y una solución definitiva para evitar que el conflicto se expanda, pues una sociedad polarizada y alterada, donde «no sabemos escuchar», podría resultar «muy contraproducente para el sector productivo» de Tungurahua, llevándolo a una posición muy difícil.
Respecto a la decisión del Ejecutivo de declarar la medida, el director Salazar entiende que el Gobierno debe poseer información que justifica el decreto. Sin embargo, advirtió sobre los riesgos inherentes al estado de excepción, tales como el aumento del costo logístico, las restricciones de movilidad, el peligro para los productos perecibles, la limitación de reuniones y la potencial pérdida de mercado.
Finalmente, el vocero recalcó que la medida debería interpretarse como una seguridad o precaución ante un posible levantamiento, antes que una restricción total. En Tungurahua, el sector productivo sigue adelante con su agenda, como la planificación de la Autovitrina Comercial Automotriz, haciendo un llamado a la pacificación y al consenso en beneficio de toda la ciudadanía. (I)