Acreditación de universidades / Washington Montaño

Columnistas, Opinión


Todas las universidades del país, están siendo sometidas a un intenso proceso de revisión de los pares evaluadores, cuyo fin es la de acreditarse ante las instituciones de control de la educación superior; pero más allá de esa actividad, nos interesa la calidad de la oferta educativa que brindan las Universidades y Escuelas Politécnicas, sean estas públicas o privadas.

Aunque aún flota en el imaginario popular, aquella nefasta categorización, en la que desacertadamente se situaron a universidades, dejando como mal nombre o apodo “categoría b, c o d” porque tener A es como ser de élite y las otras como chusma.

Ahora son otros tiempos, ya no se categoriza, sino se acredita. La “acreditación” es el acto por el cual el Estado adopta y hace público el reconocimiento que los pares académicos hacen de la comprobación que efectúa una institución sobre la calidad de sus programas académicos, su organización y funcionamiento y el cumplimiento de su función social. (CNA-Colombia)

Esta acreditación es la oportunidad para el reconocimiento por parte del Estado (representado en el CACES) de la calidad de un programa o de una institución; es una ocasión para comparar la formación que se imparte con la que reconocen como válida y deseable los pares académicos. Es decir, aquellos que representan el deber ser, los que tienen las cualidades esenciales de la comunidad que es reconocida como poseedora de ese saber y que ha adquirido, por ello mismo, una responsabilidad social. También es una ocasión para reconocer la dinámica del mejoramiento de la calidad y para precisar metas de desarrollo deseable. La participación de pares internacionalmente reconocidos dentro del proceso de acreditación podría derivar en un reconocimiento internacional de la calidad de programas e instituciones.

Se debe indicar que para esta acreditación hay situaciones consideradas sustantivas, es decir, que son inherentes a la Academia, como la docencia, investigación y vinculación con la sociedad, las mismas que están contempladas en el art. 4 del Reglamento de Régimen Académico del Consejo de Educación Superior(CES) y que se deben evidenciar en su tarea diaria y son indicadores para que los pares evaluadores a criterio, comprueben si se cumplen, para (dar fe del cumplimiento) acreditar.

La sociedad del área de influencia de las universidades, deben estar total y claramente informadas de estas actividades para evitar las subjetividades que se derivan de interpretaciones sacadas de contexto, por lo cual, terminada la visita de pares evaluadores, se firma un acta, en donde están redactadas las observaciones de forma y fondo, tendientes a elaborar planes de mejoramiento continuo. La diferencia de hoy es esta, porque las observaciones son directrices para fortalecer lo que las universidades y escuelas politécnicas tienen como oferta educativa.

Otra diferencia está en que las Universidades y Politécnicas públicas, cuentan con millonarias subvenciones del Estado, mientras que las privadas hacen loables esfuerzos económicos para mantener el ritmo de competencia en rigores de demanda, que está relacionado con la calidad, en donde el criterio y los indicadores de acreditación sí pesan, de acuerdo a la inversión ejecutada. Es bueno saber que la Universidad Tecnológica Indoamérica, pasó con notable éxito esta acreditación, lo que deja en buen predicamento la misión que cumplen sus directivos para alcanzar la visión de ser reconocidos internacionalmente como una institución de crecimiento sostenido en todos sus proyectos educativos.       

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