Todo para los acreedores

¿Por qué las medidas para reactivar la economía no generan resultados? La migración sigue aumentando, la delincuencia crece y el empleo adecuado se estanca. Una explicación posible es que gran parte de las políticas recientes del presidente Noboa está orientada a garantizar el beneficio de los acreedores del Estado.
Al cierre de 2024, Ecuador registró USD 8.559 millones en reservas internacionales, las cuales han crecido constantemente en este gobierno. Ese resultado no es casual: responde a una estrategia que combina incremento de impuestos, reducción del gasto público y un manejo fiscal que prioriza la acumulación de liquidez para asegurar los pagos de la deuda externa.
Paralelamente, la deuda del Gobierno Nacional se incrementó progresivamente y alcanzó aproximadamente USD 85.300 millones en el mismo periodo, con escasas obras e inversión pública. Esto ha llevado a que el déficit fiscal cada vez aumente más, siendo para 2024 de USD 3.107 millones, lo que refleja el conflicto de intereses entre las necesidades del país y los compromisos externos.
Este patrón está guiado por las políticas que el FMI exige y tiene como fin el beneficio de los tenedores de deuda del país, quienes compraron los bonos de deuda pública: la banca nacional y fondos internacionales. Aunque los bonos tienen una tasa de interés fija al momento de ser emitidos, su precio en el mercado sí varía según la percepción de riesgo del país. La banca nacional y los fondos internacionales que poseen estos bonos buscan justamente que el Estado mantenga políticas fiscales orientadas a garantizar el pago puntual, sostener las reservas y reducir el riesgo país para evitar esa caída en el valor de sus inversiones.
En la práctica, sostener este tipo de políticas tiene un costo elevado para la economía. El aumento de impuestos reduce el ingreso disponible de los hogares y encarece la actividad de las empresas; la reducción del gasto público limita la inversión en obras, servicios y programas sociales. El resultado es una menor actividad económica, menos empleo y un deterioro gradual de la calidad de vida. No es casual que, en este contexto, indicadores como la migración, la informalidad y la inseguridad muestren un crecimiento sostenido, ya que una economía que prioriza a los tenedores de deuda se contrae y deja a amplios sectores de la población sin oportunidades. (O)
