Redacción de nueva carta magna, sólo para abogados

Columnistas, Opinión

Se dice, que por lo menos, han existido veinte procesos constituyentes en el Ecuador y, con seguridad, muchos de quienes ejercían la Presidencia de la República o la Presidencia de la Asamblea Constituyente, deben haber dicho que se ha “refundado el Ecuador”.  Pero, el hecho real y cierto, es que la única vez que se fundó el Ecuador, fue en 1830, en Riobamba. Sería necio comentar, que no han sido importantes los procesos constituyentes en el Ecuador, porque unos más que otros, dieron origen, a cambios importantes en el sistema constitucional ecuatoriano.  

El presidente, no elevó la vara, al establecer los requisitos para ser constituyente en la próxima asamblea, de así aprobarlo el pueblo ecuatoriano. Quizás, lo hizo, para evitar una eventual objeción, por parte de la Corte Constitucional (posible regresión de derechos). Pero, es obligación, de los partidos y movimientos que participen en la misma, poner a las mejores personas y, diré, una opinión, que podría ser impopular, debe estar integrada, en su totalidad, por abogados. En este caso vale decir zapatero a tus zapatos, lamentablemente por ahí escucho a un ex funcionario público que fue de libre remoción titulado en alimentos que se pasea en todas las radios (hablando… cosas incoherentes). “Hay que botar al tacho de la basura todita esta constitución” dice, como anda desocupado a lo mejor quiere ser candidato.  De la actual carta magna, no todo, pero si otros capítulos menores son rescatables. Si la única función que tendrá, es la de redactar una nueva Carta Fundamental, sería irresponsable, que no sean abogados, quienes lo hagan. Por otro lado, deben tratarse de abogados, con por lo menos veinte años de experiencia, título de cuarto nivel (opcional) y probidad notoria en el ejercicio de su profesión (obligatorio). Por supuesto, deben ir abogados, de todas las especialidades, no hay que discriminar y eso, con seguridad, elevará el debate. Algo fundamental, que independientemente de quien los patrocine, y claro, respetando la línea ideológica, tengan plena libertad para pensar y, especialmente, disentir, con quien los promovió. 

 Por eso, es importante ir hacia este desafío, sin temor, con convicción, no solo para aportar con ideas en torno a los temas que debe incluir la nueva Constitución, sino para contribuir rescatando lo bueno y abolir lo negativo que se consignó en el 2008. No hay razón alguna para temerle a la democracia. Más bien es la oportunidad de sumarnos, desde cualquier espacio, a la construcción de una mejor Constitución, pensando en el futuro de nuestros hijos, en nuestros padres, en los niños, niñas y adolescentes, en los emprendedores, en los desempleados, en los estudiantes. La prioridad es extinguir el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social; acabar con la zonificación del país por regiones administrativas, aniquilar el proteccionismo a delincuentes, en especial, de aquellos delitos mayores como el asesinato, la violación o la extorsión. El país camina hacia ese objetivo. Claro que hay quienes se opondrán por el simple hecho de querer desestabilizar. Y vendrá la desinformación para tratar de generar confusión. Pero nada mejor que estar de cerca en este proceso para incorporar nuevos temas que no se incluyó en la actual Carta Magna, esperando que los partidos y movimientos envíen las mejores personas a tan importante labor. (O)

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