El fin no justifica los medios / Editorial

Editorial, Opinión

La reciente noticia del fraude académico protagonizado por médicos ecuatorianos en Argentina ha causado una profunda preocupación a nivel nacional. Más de un centenar de profesionales, descubiertos haciendo trampa en los exámenes de posgrado, han expuesto no solo una falta individual, sino una falla sistémica que involucra a nuestras universidades y a la ética profesional que debería regir la formación médica.

Este escándalo pone en evidencia un mal latente: la peligrosa idea de que «el fin justifica los medios». Una mentalidad que parece haberse instalado en algunos sectores de nuestra sociedad y, lo que es más grave, en nuestras aulas.

Herramientas poderosas como la inteligencia artificial —que deberían utilizarse para potenciar el aprendizaje y mejorar la calidad de la educación— están siendo mal utilizadas para facilitar el engaño. En lugar de fomentar el pensamiento crítico y el desarrollo de competencias reales, algunos estudiantes optan por atajos que comprometen su formación y, en este caso, ponen en riesgo la vida de futuros pacientes.

Más allá del impacto internacional de esta noticia, lo preocupante es la duda que ahora pesa sobre la calidad y la ética de los profesionales que forman nuestras universidades. No se trata de generalizar, pues también existen estudiantes y docentes comprometidos con la excelencia y la integridad. Sin embargo, este caso debe ser una llamada de atención urgente, en el sentido que la tecnología debe estar al servicio de la educación, y no convertirse en su enemigo. (O)

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