Y LOS PROFESORES?/ Leopoldo H. Vega Cuvi

Columnistas, Opinión


Por encima de la pandemia del ya trágicamente famoso Covid-19, todo el país está pendiente de los que suceda con el inicio del año lectivo 2020-2021.

Tanto desde el Ministerio del ramo, como desde la sociedad entera, incluidos los medios de comunicación, la discusión se centra en la modalidad que se deberá aplicar para que la Educación no sufra otro descalabro como el que pasamos desde marzo hasta el fin del año lectivo anterior, en que sorpresivamente se suspendió la presencia personal de todos sus integrantes, y se trató de instruir y educar por medios digitales, de manera improvisada.

Se presentan varias opciones:

1.    Educación presencial, a la que se oponen muchos padres de familia, por el temor, muy fundado, por cierto, de un contagio entre los integrantes, alumnos, profesores y directivos, que se propagará en los hogares respectivos.

2.    Educación semipresencial, es decir, días asisten y días no, durante lo cuales se trabaja en forma virtual. Pero se mantiene el peligro del contagio.

3.    Educación total en forma virtual, con un nombre en inglés innecesario, en la que los padres de familia se convierten en tutores. Pero, no todos los padres están preparados para serlo, o deben salir a sus trabajos, dejando a los hijos, o solos o con alguien que les ayude. Para estas dos últimas modalidades, no todos tienen internet ni cuentan con los instrumentos adecuados; computadoras, tabletas o celulares.

En todo han pensado, a todo le han visto ventajas y peros. Que con libros o sin libros. Que con cuadernos o sin cuadernos. Con otros materiales o sin nada de nada. En fin, un galimatías general.

Pero en lo que nadie ha pensado es en los profesores. No han comentado en las dificultades que deben, y debieron pasar, para llegar a los alumnos en forma virtual. Como fue de sorpresa, tuvieron (¿tuvimos?) que aprender cosas al paso. Buscar ayuda para que les enseñen el manejo del zoom (¿?) y de otras modernidades.

Pero lo que me parece más dramático y complicado, es el asunto de los establecimientos privados. Con alguna razón solicitan los descuentos en el pago de las matrículas y pensiones, pero no piensan en el pago de los sueldos a los profesores que trabajan en esos establecimientos. Ellos deberán trabajar a tiempo completo, como siempre, preparando clase, actualizándose en informática, conectándose con el o los grupos de alumnos que les toque. No trabajan con un solo paralelo ni en un solo nivel.

Por favor, a quienes reclaman por el costo de la educación privada, piensen en la situación de los profesores que trabajan para mejorar el nivel de sus hijos.

Tengo cuatro nietos en planteles particulares y sé de lo que hablo. (O)

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