Vivir el civismo / Washington Montaño

Columnistas, Opinión


La afectación cívica que ha sufrido la sociedad actual con el manejo demagógico, disfrazado de falso patriotismo, en beneficio del ansia de poder que tenían, hicieron del civismo su caballo de batalla para, según ellos, frenar a la derecha corrupta, a los sindicatos voraces, desparecer gremios de profesionales e imponer una grotesca forma de gobierno que no se vio ni en las peores dictaduras del palo y la cárcel.

Comenzaron suavecito con Patria Tierra Sagrada, pregonaron que desempolvaron la historia tras la letra y música de esta canción, combinándola con el rescate de lo tradicional, de lo nuestro; campo y ciudad unidos, indígenas, blancos, negros, indios ahora eran una sola patria; que hábiles y nada pendejos vendieron la camisa con toques precolombinos, asistieron a las ceremonias de las diferentes etnias, pueblos, nacionalidades; poncho, plumas, machete, sombrero de paja toquilla y Alfaro juntos.

Que primero lo nuestro, que el buen ecuatoriano apoya los cambios profundos que va a tener la patria y que todo el dinero que se llevan las grandes empresas, regresará al pueblo para ser obras. Que la educación debe cambiar y renovarse para sacar a tanto viejo docente que impiden la implementación de los cambios que trae este modelo revolucionario.

Del monumento a Alfaro en Montecristi, no pasó nada más y ni el turismo aumentó, De los ferrocarriles, al igual que otrora años atrás, va muriendo poco a poco; las escuelas del milenio, se quedaron de año al igual que la red de maestros que no hacen propuestas para el cambio; en fin de cuentas, ningún aporte le hicieron al magisterio.

El civismo es tema de gran acuerdo nacional, porque según el gran patriota cubano Martí, la “Patria es Humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer”

Ayer fue 27 de febrero, que según recogen las páginas de la historia, en esta fecha, se produjo en las llanuras del Portete de Tarqui, la victoria militar de las tropas gran colombianas, comandadas por el Mariscal Sucre, contra las tropas peruanas del Mariscal La Mar. Muy a parte de la épica batalla y de los aderezos que la leyenda le pone a la historia, esta fecha, también fue declarada por el gobierno ecuatoriano como el Día del Ejército Ecuatoriano y Día del Civismo.

Para escuelas y colegios, esta fue una fecha de gran importancia, en la que se juraba la bandera, se ungían a los abanderados y escoltas con los máximos signos a la dedicación y al empeño estudioso que les permitía destacarse entre todos. La festividad cívica en su máximo esplendor. Impecables uniformes, presentación de la banda de guerra con añorada gallardía, programa protocolario con supremo respeto, discursos sentidos, patrióticos, con canciones patrias de hondo sentimiento nacional y mensajes llenos de civismo que describían el ejemplo social heredado, muy lejos del toque politiquero que hoy se acostumbra.

Y la fecha permitía que se repase canciones patrias, se aprenda a marchar al compás del tono marcial y a mantenerse solemne en todo el programa con el mayor respeto y devoción que se sentía, aún más cuando el toque del silencio, entonando por las trompetas militares y las salvas que homenajeaban a los héroes, estrujaban el alma, todo con orden, organizado, con autoridades, embanderamiento institucional; en esos tiempos eran una muestra clara de lo que significa el civismo. (O)

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