Violencia como normalidad / Psc.Cl. Msc. Phd.c Miguel Guzmán

Columnistas, Opinión


Para nadie es un secreto que nuestro país se enfrentó a diversos conflictos pre y post pandemia. Generando repudio, tristeza y hasta decepción para algunos ecuatorianos, pero estas situaciones se transformaron en algo que se está convirtiendo como algo “normal”. 

Lamentablemente, en nuestra cultura se arraigó el aceptar las condiciones en las que se vive y continuar como si nada pasara, o, en otras palabras, hacerse el de la vista gorda, como algo cotidiano.

Las masacres, las torturas y secuestros a manos de los grupos armados al margen de la ley, el abuso policial, los repudiables crímenes cometidos por agentes del Estado, violaciones y desapariciones, entre otros, son tan sólo una pequeña muestra de laviolencia de este país.

Hemos visto innumerables formas de violencia, a las cuales, de hecho, nos estamos acostumbrando; las naturalizamos a tal punto de pensar en vivir con estas situaciones, como si fueran algo totalmente normal, cotidiano, pasajero, o el pensamiento efímero de que “gracias a Dios eso no me paso a mí”. Por ejemplo, la mujer que soporta vejaciones físicas psicológicas e inclusive sexuales por parte del victimario, convirtiéndose en una indefensión aprendida y en un circulo violento, bastante tela para analizarlo.

Hoy en día es común para un ecuatoriano tener que salir a la calle con una gran cantidad de prevenciones, pues se conocen bien los peligros que hay en las calles e incluso, inventamos nuestros propios sistemas para sobrellevar estas situaciones, o sentirnos más seguros. (no siempre funciona).

Se requiere tomar consciencia individual y colectiva de cuanto nos cuesta la violencia en términos de y futuros perdidos: empezar por su des-nor-ma-li-za-ción. Esto nos permite reconocer el dolor de las víctimas, nuestra indiferencia que revictimiza, recuperar la empatía, salir de nuestras propias burbujas, entender la violencia como un problema común.


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