Venta del Banco del Bacífico/ Ec. Mg. Diego Proaño PhD

Columnistas, Opinión

Se anuncia una vez más que, se retoma el proceso de venta del Banco del Pacifico, con esto, se activó las voces a favor y en contra de ello, los unos que no se debe vender porque es la mina de oro del gobierno, es dinero del pueblo y es regulador del sistema bancario y los otros que la banca comercial no es competencia ni potestad del Estado y debe pasar a manos privadas. Para evitar estas ambigüedades es necesario poner en evidencia algunos datos y antecedentes que permitan tener varios elementos y así hacer nuestro propio juicio de valor.
El próximo 10 de abril, el banco cumplirá 50 años de vida, de los cuales 29 a estado administrado totalmente por manos y capitales privados, recién en 2001 luego de la crisis bancaria e inicio de la dolarización es que el Banco Central del Ecuador debió hacerse cargo de la institución como salvataje para evitar su quiebra, inyectando recursos económicos y convirtiéndose en accionista del 51% del banco privado, situación que se consolido en 2011 con un decreto ejecutivo que disponía que el aporte del BCE pase a ser aporte estatal de la Corporación Financiera Nacional al paquete accionario del Banco del Pacifico, más el capital privado por supuesto.
Este salvataje debía ser temporal, hasta sacar a flote al banco y de ahí, el Estado retirarse según las competencias de cada entidad, el Estado de regulador, supervisor y legislador de la economía y el banco, de intermediación financiera con el público a través de la banca comercial. Por varias ocasiones se ha intentado iniciar un proceso de venta, sin voluntad política esto no ha prosperado. Ahora parecería ser que se ha tomado con mucha seriedad el tema y podría darse la venta. El valor de arranque es 825 millones de dólares por su patrimonio, por supuesto que lo primero que se debe hacer es contratar una compañía extranjera para que haga una valoración real e imparcial, se prepare una licitación internacional con términos de referencia claros e inicie la venta, con veeduría nacional y extranjera.
Preocupa si la caída drástica de su rentabilidad que en 2018 fue 2% y en 2021 tan solo 0,1%, apenas 5 millones de USD los que le quedan de utilidad que comparado ante el Presupuesto del Estado es tan solo el 0,01%, por tanto no hay tal gallina de los huevos de oro, preocupa también que no se hayan provisionado recursos oportunamente para cubrir una cartera incobrable, que se haya contratado tanto personal que causaban perdidas en algunas agencias y que se haya disparado los auspicios y publicidad de 43 millones en 2007 a 283 millones en 2019, provocando alta carga en gastos de administración y operación. Siendo un banco de prestigio es necesario se aproveche esa imagen que aún conserva para que se tome la mejor decisión. (O)

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