Tiempos Recios / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

 

La extraordinaria novela histórica que Mario Vargas Llosa publicó, a finales del 2019, constituye uno de los mejores testimonios sobre los tiempos recios que se vivieron en Guatemala durante el derrocamiento del reformista Jacobo Arbenz y el magnicidio de su sucesor, en la presidencia, el dictadorzuelo, Carlos Castillo Armas. 

El célebre escritor peruano llega a la conclusión que el derrocamiento de Arbenz, impulsado por el gobierno estadounidense y otros gobiernos latinoamericanos, es uno de los más serios errores en los que ha incurrido la política norteamericana. Según él, lo que le ocurrió a Arbenz le motivó a Fidel Castro para radicalizarse y someterse a la protección de la Unión Soviética. 

Arbenz no era comunista. Por el contrario, quería modernizar Guatemala y, con ese propósito, impulsó la Ley De Reforma Agraria, sin confiscaciones de naturaleza alguna. Por haber tenido la audacia de exigirle a la multinacional estadounidense, United Fruit, que pagara impuestos a las ganancias, se desató una campaña internacional en su contra calificándolo de comunista y de súbdito de la URSS. 

Se había destacado como un coronel de prestigio en las Fuerzas Armadas guatemaltecas. Fue el segundo presidente elegido democráticamente. En 1954, un antiguo compañero militar, Carlos Castillo Armas, también conocido como Cara De Hacha, lo derrocó y lo envió a un exilio doloroso y humillante por varios países. 

En la genialidad de Vargas Llosa aparecen dos personajes, la bella guatemalteca Marta Borrero, llamada Miss Guatemala, y el dominicano, Abbes Garcia, jefe de inteligencia de Leonidas Trujillo, dictador de República Dominicana.

Con esos dos personajes la novela le transporta al lector por la historia centroamericana y le permite entender las razones que mueven al poder. 

Para quien haya tenido la oportunidad de leer la Fiesta del Chivo, esa monumental novela histórica de Vargas Llosa sobre Rafael Leonidas Trujillo, el Padre Protector de República Dominicana, en la novela, Tiempos Recios, encontrará respuestas a varias de las incógnitas sobre la dimensión política de Trujillo. Se advertirá que el magnicidio de Castillo Armas lo cometió Abbes García, cumpliendo órdenes estrictas de su jefe, por el incumplimiento de los compromisos que adquirió antes de que sucediera a Arbenz. 

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