Tenis, tauromaquia y política

Columnistas, Opinión

El domingo pasado en la ciudad Capital el destacado deportista español Rafael Nadal brindó una exhibición de tenis de alto nivel ante un público que llenó el Coliseo Rumiñahui. A esta exhibición acudieron, además de los aficionados al deporte blanco, varias autoridades entre las que destacaron el Presidente Guillermo Lasso y el Alcalde de Quito Santiago Guarderas.  

Hace no mucho tiempo atrás los políticos, tanto en funciones como futuros candidatos, acudían a la plaza de toros a medir su popularidad ante el público quiteño que abarrotaba los graderíos del coso de Iñaquito. Unos salían por la puerta grande ovacionados y en hombros, otros salían pifiados y por la puerta de los sustos. Ahora que ya no existen corridas de toros en Quito, acuden a cualquier espectáculo deportivo que ponga a prueba su popularidad ante determinados segmento de la ciudadanía. 

Este fue el caso del Presidente de la República y del Alcalde de Quito, con suertes distintas. En términos taurinos para el Presidente Lasso se dieron opiniones divididas ya que recibió tibios aplausos y unas cuantas pifias por su faena que no termina de cuajar, pero que aún genera expectativas positivas.

En el caso del Alcalde de Quito la opinión fue unánime: pifias y chiflidos del público impidieron escuchar el discurso que el burgomaestre capitalino había preparado en honor al  ilustre visitante.

La sensación de los quiteños de tener una ciudad sin liderazgo y abandonada a suerte, junto a  una administración  lastrada por la corrupción y el populismo del ex Alcalde Yunda, le pasaron  factura al Alcalde de Quito.

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