Superautopista  / Editorial

Editorial, Opinión

Un reciente artículo de The New York Times volvió a poner el dedo en la llaga de una de las mayores lacras que arrastra el Ecuador: el narcotráfico y el crimen organizado internacional.

Según el reportaje, el país se ha convertido en una verdadera “superautopista” del tráfico global de cocaína, un punto de confluencia donde operan mafias europeas, carteles mexicanos y colombianos, además de bandas locales cada vez más violentas y sofisticadas.

El texto recuerda algo que los ecuatorianos conocemos bien: hasta el 2009 Ecuador era visto como un enclave de relativa estabilidad dentro de la región. Pero la ruptura de la cooperación militar con Estados Unidos y el retiro del apoyo estatal a la lucha contra el narcotráfico marcaron un punto de inflexión. Desde entonces, el crecimiento del crimen organizado ha sido rápido y devastador.

El Times también señala que el Gobierno Norteamericano concentra hoy sus esfuerzos en frenar la entrada de fentanilo a su territorio —un opioide que está destruyendo la vida de millones de estadounidenses—, y que esa prioridad ha relegado la lucha contra otros narcóticos. Este desbalance ha dejado espacio para que los carteles de la región se fortalezcan, especialmente en países vulnerables como el nuestro.

Alrededor de este negocio ilícito se mueven millones de dólares en el Ecuador, la pregunta que nos hacemos es cuánto tiempo más seguiremos siendo un país donde las mafias avanzan más rápido que las instituciones llamadas a detenerlas. (O)

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