Secuestrados y Encadenados / Gabriel Morales Villagómez

Columnistas, Opinión

¡Nos faltan tres! -Han secuestrado nuestra tranquilidad, han secuestrado nuestros derechos; el derecho a la libertad, el derecho a ser informados, el derecho a la paz y a la seguridad.

Ayer lamentamos la muerte de soldados ecuatorianos y hoy lamentamos el secuestro de un equipo periodístico del diario El Comercio.

El Estado Ecuatoriano no puede permitir que se lesione o disminuyan los derechos humanos y las garantías amparadas en su Constitución, dejando que la violencia, el temor y el terrorismo socaven a sus ciudadanos, venga de donde venga esa violencia. No podemos ser rehenes en nuestra propia Patria de grupos delincuenciales extranjeros.

Los bombazos, los asesinatos y los secuestros ejecutados en la frontera norte no sólo afectan a los periodistas; aquejan a sus familias, perturba al gremio de periodistas, a diario “El Comercio” y lacera la tranquilidad de todos los ciudadanos. Es como si todos hubiéramos sido secuestrados, es un ataque a nuestras conciencias y a nuestras libertades.

No podemos permanecer indiferentes, guardando silencio y atemorizarnos, porque ese es el objetivo de los terroristas, eso sería hacerles el juego a los grupos delincuenciales que operan desde Colombia. El secuestro y encadenamiento de los periodistas es un crimen de lesa humanidad, es una acción deleznable que debe ser rechazada y condenada.

Hoy más que nunca hay que sumar voluntades para rechazar la violencia, sacudir la conciencia nacional e internacional, para  denunciar esta aberración criminal. No dejemos que nos pongan cadenas a la libertad de expresarnos, no dejemos que encadenen nuestro derecho de ser informados, que aten nuestra libertad de poder caminar y sentirnos seguros en cualquier lugar de la Patria.

Todos somos Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra y mientras no regresen sanos, a salvo y lo más pronto, al seno familiar, estarán secuestradas nuestras conciencias, conculcados nuestros derechos y herida de muerte la paz y la tranquilidad de todos los ecuatorianos.

El Gobierno es responsable de la seguridad nacional y debe actuar con cautela  y transparencia en el manejo de esta crisis, pues se trata una situación sensible para los secuestrados, sus familiares y compañeros. Este caso jamás puede ser manejado políticamente, cuidando la imagen o posición de organismo o personaje alguno. Ante todo debemos exigir al Gobierno que preserven la vida de los periodistas, por encima de cualquier estatus, procedimiento o protocolo.

Nos faltan tres, nos falta cuatro, nos faltan diez y nos faltan muchos ecuatorianos secuestrados y desaparecidos; y, si no actuamos ahora, en forma solidaria, para exigir que todos los secuestrados y desaparecidos regresen, a futuro nos faltarán miles de compatriotas y tal vez entre ellos, un hermano, una hija, un esposo o seremos nosotros mismos las víctimas propicias de estos delincuentes.

Los periodistas, no son activistas políticos, no son guerrilleros, ni soldados alineados con bando alguno.  Los periodistas no representan ni a la izquierda ni a la derecha, ellos no representan al Estado ni al gobierno y por tanto no pueden ser utilizados como instrumentos de chantaje, de canje  o de negociación.

No se puede ejercer un periodismo rehén y sometido a las cadenas, maniatado, ésta es una forma cruel de censura.

 

Todos somos corresponsables para que regresen pronto a casa.

¡Nos faltan tres, que vuelvan ya! (O)

 

Deja una respuesta