Rechazado proyecto de Código Orgánico de Salud

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De acuerdo con la Constitución deberá transcurrir un año para que las autoridades puedan presentar un nuevo borrador del proyecto. (Foto as.com)

Quito, (EFE).- El Gobierno ecuatoriano anunció este viernes su objeción a la totalidad del proyecto del Código Orgánico de la Salud tras ocho años de elaboración, al considerar que tanto en enfoque como en contenidos no es acorde a los estándares nacionales e internacionales.

En una rueda de prensa en el Palacio de Carondelet, la secretaria jurídica de la Presidencia, Johana Pesántez, indicó que el proyecto, que trataba de modernizar y aglutinar la legislación en el ámbito sanitario, «carece de una verdadera actualización en cuanto a enfoque y contenidos, acorde a los requerimientos de la sociedad ecuatoriana y del mundo en su conjunto».

Acompañada por el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, y del viceministro de esa Cartera, Javier Solórzano, la secretaria aludió a que el proyecto estaría desfasado al no tener en cuenta la actual situación de pandemia por la COVID-19.

OCHO AÑOS DE TRABAJO

También mencionó que existe una imposibilidad estructural, financiera y administrativa de que pueda ser implementado correctamente y por ello, el presidente, Lenín Moreno, ha objetado totalmente el proyecto del Código Orgánico de la Salud (COS).

Aunque el tratamiento del texto comenzó en mayo de 2012 y en 2016 el Consejo de Administración Legislativa lo calificó, una última versión del código fue aprobada el pasado 25 de agosto por la Asamblea Nacional (Parlamento), y aglutina por primera vez más de 40 leyes, decretos y reformas relacionadas con el sistema sanitario en el país.

Tres días después, el presidente de la Asamblea, César Litardo, remitió al Ejecutivo el proyecto sobre el que debía pronunciarse en un plazo de 30 días, de acuerdo con la Constitución.

El titular de Salud recordó en la comparecencia que el compendio fue preparado hace ocho años y que medio año atrás «no conocíamos las implicaciones de la pandemia», por lo que, abundó, el código «no incluye temas relacionados con esta nueva realidad».

Zevallos precisó que la propuesta fue analizada en profundidad el último mes y que «integralmente necesita ser objetado», al revelar que se encontraron más de 400 observaciones en términos de forma y de fondo, «demasiadas inconsistencias y contradicciones».

Entre algunas detalló duplicidades en el proceso burocrático, que busca disminuir la independencia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), su excesiva extensión y la falta de aspectos fundamentales como la gestión de la pandemia.

Resaltó que el código era «altamente punitivo» con la incorporación de 172 sanciones y que «requeriría que cada médico entre al consultorio con un abogado».

¿QUÉ LE FALTA AL CÓDIGO DE SALUD?

El ministro indicó que carece de artículos referidos a la vigilancia epidemiológica o genómica, imperiosos en momentos de coronavirus, y aspectos que se han agudizado durante la pandemia, como el estrés.

«A través de la pandemia hemos sufrido brutalmente, como el estrés, ha habido un aumento de suicidios y violencia doméstica, violaciones y eso no está incluido en el código», recalcó.

Manifestó que una de las enfermedades de mayor prevalencia en adultos es la diabetes y abogó por la creación de un plan nacional para combatirlo, algo que -dijo- tampoco figura en el texto.

Especialista en epidemiología, expresó que debe primar la elaboración de medidas basadas en el rigor científico y clínico a la hora de poder adoptar decisiones en el ámbito sanitario y puso el ejemplo del uso de mascarillas o distanciamiento social en las actuales circunstancias.

Llamó a expertos en el ámbito legal, médico, científico y a la sociedad civil a ser parte del análisis y elaboración de un nuevo código.

EL CÓDIGO DE LA POLÉMICA

El proyecto rechazado hoy contiene artículos que han suscitado el rechazo en determinados sectores, como el aborto por emergencia obstétrica, la reproducción humana asistida, el uso terapéutico del cannabis, o la asignación de sexo desde la pubertad por nacimientos con indeterminación.

La Iglesia católica y grupos provida solicitaron al Ejecutivo vetar parcialmente el proyecto en relación a estos asuntos, mientras que en el ámbito político mayoritariamente consideraron que no ampliaba los supuestos para el aborto.

Al respecto, la secretaria jurídica Pesántez recordó hoy que «estamos en un Estado laico» y que la objeción a la totalidad del documento se debió a un aspecto «técnico y profesional, no tiene nada que ver con un tema de presiones». (I)

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