PROYECTÁNDONOS AL INICIO DE AÑO / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Una vez más nos encontramos al inicio de nuevo año, un nuevo ciclo de doce meses que nos abre la oportunidad de alcanzar aquellas metas que nos hemos trazado en este 2023.

Para ello es necesario empezar por recordar que todo en este mundo es cíclico y como río que llega al mar, cada año da paso al siguiente y así en adelante.  El tiempo sigue su marcha, pero tal como reza un proverbio oriental “hay muchas maneras de hacer las cosas, pero una es la correcta” también nosotros diríamos que hay muchas maneras de atravesar los años, pero debemos hacerlo de la forma más correcta posible.

De ahí que lo primero que corresponde es dejar atrás esos doce meses que acaban de pasar con sus alegrías o triunfos, equivocaciones y amarguras, para recoger con altivez las experiencias tanto las enseñanzas que el ciclo anterior nos dejó y, entonces reiniciar con ánimo y decisión este nuevo año.

Es claro que la forma de cuantificar el paso del tiempo no es más que una convención, sin embargo, resulta muy útil para entender mejor nuestra realidad pues nos permite ordenarnos, hacer una pausa, atravesar un límite de sumas y restas, sabiendo que las cosas están estrechamente vinculadas pues lo que hoy tenemos es consecuencia de lo que hemos hecho o dejado de hacer en el pasado.

De esta manera también se proyecta nuestro futuro, pues recurriendo una vez más al pensamiento oriental donde encontramos la siguiente frase: “si quieres saber quién fuiste, mira quién eres y si quieres saber quién serás, mira lo que haces”. Es así pues como se configurarán nuestros éxitos o fracasos en el 2023.

Sin duda ha sido durante estos días cuando más hemos escuchamos aquello de: “Feliz Año!” dicho de mil formas, pero siempre con esperanza de verlo cumplirse. Lo importante es que seamos dignos de lograrlo, sin olvidar que cualquier logro siempre es colectivo ya que “nada hace un dedo fuera de la mano”.

Es fundamental no perder la esperanza en la humanidad ni en la intención de trabajar generosamente en la construcción de un mundo mejor, a partir de hombres y mujeres también mejores.

Siendo así, deberíamos desearnos unos a otros que en estos próximos 365 días tengamos grandes retos para también alcanzar grandes logros y, para ello hará falta poner el mayor de los empeños.

Se dice que en el antiguo Egipto representaban al ser humano en sus jeroglíficos como un caminante, pues es eso precisamente lo que somos; andantes de un sendero en el que no faltarán las batallas individuales, para alcanzar aquello que nos propusimos, aunque parezcan imposibles, pero como dice Jorge A. Livraga: “debemos creer en los imposibles porque los imposibles para el hombre son posibles para Dios”.

En fin, actuar con humildad y desarrollar una cierta sabiduría que nos permita entender que existen cosas que están a nuestro alcance y podemos cambiarlas, pero también muchas otras que no.

Deja una respuesta