Prorrogan en la Tenencia de Ambato a Pedro Fernández de Cevallos. 1770 / Pedro Reino

Columnistas, Opinión


El presente dato conviene que vea luz impresa, pues ha sido investigado por mi persona en el Archivo General de la Nación, en Bogotá: “Blas de Valenzuela, Procurado de Número de esta Real Audiencia y apoderado de Pedro Fernández Cevallos, Theniente de la villa de Ambato, como consta del que tengo presentado en este superior gobierno, puesto a los pies de Vuestra Excelencia, con el mayor rendimiento digo que la justificación de Vuestra Excelencia  se dignó conferir a mi parte el citado empleo de teniente en dicha villa con refexión al mérito que hizo constar y buen deseo que le asistía de emplearse en el real servicio por cierto tiempo el cual está próximo a cumplirse;

Por cuyo motivo y por residir hasta ahora aún con más anhelo la propensión de estar empleado y continuar en el servicio de Su Majestad con el mismo esmero que hasta aquí lo ha hecho, ocurro en su nombre a la meditada piedad de Vuestra Excelencia suplicando rendidamente se sirva prorrogarle dicha Tenencia por otro tanto tiempo que se deberá contar desde el cumplimiento  del primero que desde luego promete desempeñar las obligaciones de cargo con el mayor esmero, en cuya atención.- A Vuestra Excelencia reverentemente suplico se sirva conferir la gracia  que mi  parte solicita, que en ello recibirá merced.- f) Blas de Valenzuela.”

Nota marginal: “Santa Fe 24 de abril de 1770.- Con atención a que don Pedro Fernández Zevallos ha desempeñado la tenencia del corregimiento de la villa de Ambato que se le confió, y a los méritos que durante esta colocación y antes ha contraído en varios asuntos del Real exercicio,  por el presente le prorrogo dos años más, que deberán contarse desde el día en que se cumplan los dos primeros desde el de su posesión.

Líbresele en consecuencia y en la forma ordinaria el título respectivo para que ratificado en las caxas de Quito el derecho de media annata y renovando las fianzas relativas a los intereses que hayan de ser a su cargo igualmente que las del tenía de residencia puedan continuar en el citado empleo cumpliendo igualmente con los demás requisitos que corresponde y se acostumbra. Y del referido título se tomará razón el tribunal de cuentas.- f) Meléndez, f) Rojas.”

Este personaje es el abuelo de Pedro Fermín Cevallos. Su hijo Mariano Cevallos redactó el testamento de su padre. Pedro Fernández “nació en la Villa de Mariquita, Virreynato de Santa Fe de Bogotá hacia 1745. Hijo legítimo de José Narciso Fernández de Zevallos y Mendoza, natural de Cádiz; y de Isabel Correcha y Ruiz-Montero, nacida en la villa de Mariquita. De niño vivió en la villa de Honda junto a sus padres y muy joven pasó a Bogotá a estudiar Filosofía en el Real Colegio de San Bartolomé para después figurar de Cadete en Cartagena de Indias. En 1793 fue notificado con prisión por vivir separado de su esposa que residía en Popayán, pero logró hacer valer sus derechos y siguió en Ambato, sin que se le volviera a perturbar por ese u otro motivo pues parece que residía muy a gusto y en unión de varios paisanos suyos que también se habían trasladado a dicha jurisdicción, de clima templado, naturaleza bonacible y gente amable. (Rodolfo Pérez Pimentel). El biógrafo guayaquileño dice, además, que “entró por Baños al Oriente. Dichos Informes no son más que partes diarios de novedades, los dirigía al Presidente Diguja y muestran un estilo claro, descriptivo, científico y digno de todo un Cronista. Por eso se ha llegado a pensar que la vocación histórica de su nieto Pedro Fermín Cevallos posiblemente le vino por los genes de ese abuelo paterno.”

Su cara negativa y de nefasta recordación va relacionada con su designación de sofocador de las insurrecciones indígenas del centro andino de la Real Audiencia de Quito, que dieron preámbulo a los primeros movimientos de la llamada Independencia. (O)

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