Por qué derogar la Ley de Plusvalía? / Juan Sebastián Naranjo P. Actuario-Economista

Columnistas, Opinión

La “Ley Orgánica para evitar la Especulación sobre el valor de las tierras y fijación de tributos”, es un tema de debate en la coyuntura nacional; abogados, economistas y más profesionales en el ámbito local, han expuesto sus razones en favor y en contra de dicha ley. Sin embargo, poco o nada se ha hablado sobre la racionalidad matemática-económica sobre la que se sienta la mencionada ley; en otras palabras, cuan correcto es su cálculo.

En el caso de la Ley de Plusvalía, se pudiera decir que la fórmula empleada es muy lineal, es demasiado genérica, las variables consideradas para calcular el monto de pago en caso de una transacción comercial inmobiliaria son muy pocas.La fórmula de cálculo apenas considera la tasa de interés pasiva, el diferencial de precios de compra-venta, el tiempo entre compra y venta, el valor de mejoras y el pago de Alcobendas.

Dicha fórmula considera que la tasa de variación y la velocidad del crecimiento del precio del m2 en el país es el mismo, excluye variables macroeconómicas que deberían estar atadas al cálculo, pone como tasa de interés referencial a la pasiva, cuando el sector inmobiliario financia su actividad a una tasa muy por encima. Para empeorar las cosas, dicho cálculo excluye de sus supuestos la existencia de minusvalías, además supone que el poder adquisitivo de la sociedad civil es estable, constante en el tiempo, cuando en realidad aquella variable es dinámica, inclusive el poder adquisitivo de la gente cambia en horas, ante políticas económicas como aranceles o cuotas de importación.

En tal sentido, desde la perspectiva netamente técnica, focalizada desde la matemática de la economía, la ley en mención padece de debilidad en la modelización, la fórmula considera contadas variables, no hay sensibilidad ante diferentes escenarios, dada la pobreza del modelo, sin poner mayor énfasis en el efecto positivo o negativo de dicha ley sobre la economía, en función de la matemática económica que hay detrás, dicho craso error deroga de forma categórica la criticada ley de plusvalía.

 

 

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