Plácido sigue, Serena se va y Gorbachov al olvido / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

Mientras el tenor, de 81 años, no deja los escenarios, la tenista, de 42, abandona las canchas. Serena  Williams se retira en la cima de su carrera, habiendo participado, con éxito, en el Abierto de USA, y con 23 triunfos en los cuatro torneos anuales más importantes del mundo, conocidos como Grand Slam. Plácido Domingo continúa sin el brillo de antes, agobiado por denuncias falsas de acoso y pérdida de memoria. 

Lo que le ocurrió a Plácido en la Arena de Verona, el fin de semana, es una de las mayores humillaciones en su larga carrera de tenor. Una amnesia inesperada le obligó a abandonar la escena final durante la representación de Macbeth, con el pretexto de un repentino descenso de voz. Al día siguiente, al dirigir la obra Turandot, no respetó la partitura, por lo que los músicos de la orquesta, al considerar mediocre el espectáculo, no se pusieron ni siquiera de pie al final de la presentación. El deterioro del aclamado tenor español es reciente. Hasta hace un año no era visible declinación alguna de sus facultades.

Serena dice que se va porque la palabra salida está delante de sus ojos, como una señal de retirarse para dedicarse a otras actividades, entre ellas, la de ser madre. Cambia de actividad por decisión propia. Su hermana Venus, en cambio, otra estrella del tenis, se vio obligada a apartarse, el año pasado, por una enfermedad extraña. Las dos, junto a su padre, fueron inmortalizadas en la película “El Método Williams”, con el actor Will Smith, en calidad de entrenador, mentor y progenitor de las hermanas. 

A quienes se los lleva la muerte, como Gorbachov, de 91 años, la estela de su recuerdo es la que los mantiene unidos a los escenarios en los que desplegaron su talento. El connotado político ruso está en el corazón de aquellos que vieron derrumbarse el muro de Berlín y cruzaron los puentes que tendió con Estados Unidos y Europa, en un ambiente de paz y distensión. Y también se encuentra en la mente de aquellos que lo desprecian y quisieran borrar sus ejecutorias. Putin no quiere otorgarle un funeral de Estado a quien le considera el autor “de la mayor catástrofe geopolítica rusa del siglo XX”.   

En la decisión de seguir o irse pesan sentimientos y razones de quien opta por lo uno o por lo otro. En la de perdurar, más allá de la muerte, sólo pesa el reconocimiento de los demás.  

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