Pirotecnia con permisos

Policiales, Seguridad

Los explosivos incautados son de lugares donde no se tenían permisos o las condiciones aptas para almacenar y vender. (Foto El Heraldo)

A finales de noviembre las Fuerzas Armadas en coordinación con la Policía Nacional y la Gobernación intensificaron los operativos para el expendio de la pirotecnia. También se realizan campañas constantes donde la participación de la Policía Comunitaria es prioritaria para llegar con el mensaje del uso responsable de los fuegos artificiales.

El coronel Wilfrido Arias, comandante del Grupo de Caballería Azuay N.-2, explicó que tanto para la venta como para la elaboración y almacenamiento se requieren permisos diferentes, pero entre los principales requisitos es que la bodega esté a 5 o 7 kilómetros de distancia de un poblado y el sitio donde se guardan los explosivos cumpla con las adecuaciones necesarias de seguridad.

Estos permisos los da únicamente el Departamento de Control de Armas de las Fuerzas Armadas que en la Zona Centro la sede es en Riobamba, provincia de Chimborazo. Los encargados acuden al sitio y después de inspeccionar y analizar si es un lugar apto entregan el aval para que siga con la actividad y si no lo es, decomisan el producto.

“En el manejo de explosivos el primer error puede ser el último. Uno que explote por simpatía detonan los otros y si hay personas cercanas puede ser desastroso”, manifestó el coronel Arias.

En la provincia aún no hay detenidos, pero si han decomisado varios explosivos. Solo en uno de los controles confiscaron, en el operativo denominado ‘Gran Victoria 49’, retiraron: 15 metralletas, 25 luces de bengala, 209 diablillos, 51 torpedos, 30 rosas, 23 mariposas, 28 silbadores, 12 cajas de sonajeros, 150 mini torpedos, 7 bombas Ozama, 12 volcanes, cinco cajas de torpedos, 180 voladores y caja de misiles. Píllaro y Pelileo son los cantones donde más pirotecnia se incauta.

El intendente Diego Flores, recomendó en la medida que sea posible evitar el uso de los fuegos artificiales porque podrían ocasionar desgracias, si no se tiene la debida responsabilidad. (I)

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