Personas peligrosas/ Klever Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL


Fundamentado en una triste historia en que atroces turbas compuestas por masas de inocentes empobrecidos, amenazados con multas y ajenos a la realidad, incitados por politiqueros embaucadores, mezclados con asalariados miserables, subversivos cobardes, sinvergüenzas militantes enceguecidos e hipnotizados por las falsas promesas de sus líderes, éstas bazofias tumbando puertas saqueaban a dueños de tiendas, contaminaban el agua de consumo humano, vertían químicos en los sacos de arroz, vertían al piso y pisoteaban los alimentos, incendiaban y boicoteaban lo que ellos estratégicamente ya lo tenían “estudiado”, sacaban a las “protestas” a inocentes mujeres y niños exponiéndoles a que sean cruelmente vejados por los dos bandos. Una cadena interminable de vandalismo, violencia amenazante y cruda crueldad, evidenciando sus altos índices de estupidez y maldad.

Coyunturalmente recogeremos lo argumentado por un líder cristiano alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo, Dietrich Bonhoeffer, quien argumenta que las personas estúpidas son más peligrosas que las malas. Esto se debe a que, si bien podemos protestar o luchar contra las personas malvadas, estamos indefensos contra los estúpidos. Actualmente muchos de nuestros países han entrado en un adiestramiento de estupidización gracias a aprendices de dictadores que han obtenido demasiado poder por un buen número de años, claro, en base al desastre de gobiernos anteriores de aparente oposición. Hay que reconocer, con una larga historia de hábil estructuración y con una compleja trama sin hilos de sagaces estrategias, han logrado someter, pisotear y mancillar a un considerable grupo de países y a la gran mayoría de la población que solo quiere trabajar, dar trabajo, progresar, vivir con honestidad y decencia, lejos de esa esclavitud y dependencia que promueven estos especialistas en desestabilización de la paz y del orden constituido. Solo sueñan formar una élite propia de poder para disfrutar de lo que ellos mismos critican jugando al “arranche” de poderes y saqueos económicos estatales.

Bonhoeffer concluyó “que la raíz del problema no era la malicia, sino la estupidez. Que ésta, es un enemigo del bien, más peligroso que la malicia, porque mientras uno puede protestar contra el mal, denunciar y advertir, ante la estupidez estamos indefensos. En todo esto, la persona estúpida está satisfecha de sí misma y, al irritarse fácilmente, se vuelve peligrosa al lanzarse al ataque.

La estupidez es en esencia no un defecto intelectual sino moral. Hay seres humanos que son notablemente ágiles intelectualmente, pero estúpidos, y otros que son intelectualmente aburridos, pero todo, menos estúpidos. No es tanto de que la estupidez sea un defecto congénito sino de que, en determinadas circunstancias, las personas se vuelven estúpidas o, mejor dicho, permiten que esto les suceda. Intentar persuadir al estúpido con razones es un sinsentido y hasta peligroso. La próxima semana nos adentraremos más a fondo para identificar con más facilidad a estos sociópatas.

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