Parálisis del sueño. / Aracely Silva Cadmen

Columnistas, Opinión

A quién no le ha sucedido una parálisis del sueño, es algo muy común y muchas personas han tenido por lo menos un suceso durante su vida, tal vez sea más frecuente de lo que pensamos, durante un episodio de parálisis del sueño usted está totalmente consciente de lo que está pasando. La parálisis del sueño es un trastorno que consiste en la imposibilidad de moverse y hablar cuando se pasa del sueño a la vigilia, esto puede generar cierta angustia a quien lo padece ya que suele ir acompañado de alucinaciones, donde nuestro cerebro y cuerpo se descoordinan, así como no pueden moverse ni hablar.

Este trastorno del sueño, que se sitúa dentro del grupo de las parasomnias,afecta a 1 de cada 1.000 habitantes, la duración de estos episodios suele ser variable, generalmente son de una duración corta, de entre veinte segundos hasta dos minutos. No se conoce a cabalidad la causa exacta de la parálisis del sueño, la persona que se encuentra bajo este trastorno, está cognitivamente despierta, pero experimenta una sensación de paralización de toda la musculatura voluntaria, excepto los ojos y el diafragma respiratorio, también es característica la paralización de la laringe, lo cual imposibilita el habla de la persona; para poder moverse, se recomienda relajarse y no perder la calma, ya que se trata de un proceso temporal, en el que en realidad no corremos ningún peligro.

 Esto puede suceder por no dormir lo suficiente, no  tener un horario regular para descansar, un estrés mental, problemas médicos como narcolepsia,  trastorno bipolar, trastorno de pánico o por el uso de ciertos medicamentos para el TDAH.

Se reconocen tres tipos de parálisis de sueño : Las formas aisladas; puede aparecer en individuos sanos, asociándose  a niveles altos de estrés y ansiedad, o a un sueño demasiado fragmentado y un horario irregular de descanso.  La forma familiar; se produce cuando varios miembros de una familia sufren del mismo trastorno. La forma asociada a otra patología;  puede estar asociada principalmente a narcolepsia.

Para proceder a su diagnóstico, habrá que descartar que el paciente sufra narcolepsia (somnolencia extrema durante el día). Se deberá considerar cuánto duerme o cuánto necesita dormir el paciente. Por tanto, si la parálisis del sueño aparece como síntoma aislado no tiene mayor importancia y no suele ser necesario tratarlo. En caso de que persista durante más de tres o cuatro semanas seguidas o de que produzca una pérdida de calidad de vida y no permita conciliar bien el sueño, habrá que acudir al especialista para recibir atención.

 El principal método de tratamiento es la adopción de unos hábitos de sueño adecuados, lo cual incluye acostarse y levantarse según un horario lo más regular posible, pasar en la cama el número de horas adecuado, evitar las siestas prolongadas durante el día y no acumular privación de sueño. Otras terapias que se ha utilizado son, la terapia cognitivo-conductual y la meditación, lo importante es prestar siempre atención a lo que nos ocurre y así poder buscar una atención oportuna. (O)

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