Ornamentos sagrados se convierten en ceniza
La iglesia determina la cuaresma como preparación para el misterio redentor de Jesús y se pide entrar en temporada de reflexión para propiciar cambios.
“Iniciamos la cuaresma recordando nuestra frágil condición humana, nos colocamos la ceniza. Significa el propio despojo, insignificancia, pobreza y nos recuerda que somos polvo y en polvo nos convertiremos”, mencionó Mario Sarabia, vicario de la Pastoral de la Diócesis de Ambato.
El día inicia con la primera eucaristía y la bendición de la santa ceniza que es elaborada con ornamentos sagrados que ya no son utilizados por su desgaste natural. “Estolas, albas, corporales, purificadores, símbolos o ramos benditos son incinerados y esta ceniza se la bendice y luego se la coloca en la frente de sus fieles”, comentó. (I)