Momento de la rehabilitación económica / Ec. Mg. Diego Proaño PhD (c)

Columnistas, Opinión


Habiendo cumplido 70 días de aislamiento en el país y aun sin llegar oficialmente al pico máximo de contagios, que cambie la tendencia de la curva hacia un aplanamiento y dé un respiro en todo sentido a los ecuatorianos, varias ciudades del país a través de sus COE cantonal, han decidido cambiar el color del semáforo de rojo a amarillo, para iniciar una apertura paulatina, ordenada, programada, controlada y sobre todo disciplinada de la economía nacional al borde de la quiebra en gran parte de su estructura productiva

Desde hace 10 días, hemos sido actores pasivos de las pugnas, cadenas nacionales, anuncios y decisiones que se toman desde el ejecutivo y el legislativo, para aprobar primero (15 de mayo) la Ley Orgánica de Apoyo Humanitario, para  la “flexibilización laboral” luego el 16 de mayo la Ley Orgánica para el ordenamiento de las Finanzas Públicas, que fija techos presupuestarios y un super Ministerio de Economía, una vez aprobados por la Asamblea estos cuerpos legales, el Presidente de la Republica al amanecer del 19 de mayo anuncia un paquete de medidas económicas para ahorrar 4.000 millones de USD, reducir jornadas de trabajo (bajar sueldos al sector público en 980 millones de USD) y liberar los precios de los combustibles (eliminar subsidios).

Como si esto fuera poco el 22 de mayo mediante Decreto Ejecutivo 1066 se anuncia la reorganización institucional de la Presidencia de la Republica, otorgando algunas atribuciones a las secretarias de la Presidencia, para rematar el 24 de mayo con el informe a la nación, por los 3 años de gestión del régimen, basado en sus cuatro ejes salud, alimentación, empleo y dolarización. En este contexto gran parte de los ecuatorianos comenzamos a participar en la rehabilitación de nuestra convaleciente economía, con una base de cifras espeluznantes sobre contagiados, fallecidos, desempleados, nuevos pobres, cientos de miles de informales y otros tantos negocios, empresarios y emprendedores quebrados.

Esperamos que con todas las leyes, medidas económicas y decretos tomados en 10 días, cuando la mayoría de estos siendo necesarios, son por demás imprudentes, inoportunos y que hubo 3 años atrás para tomarlos en otros momentos más flexibles para familias y empresas nacionales, más el “sacrificio” y endeudamiento externo del gobierno, en verdad sean los antídotos para salir adelante y no tengamos que seguir siendo observadores de primera línea de las pugnas de poderes, peor aún que cada vez que se anuncie una cadena nacional no tengamos que entrar en pánico los ecuatorianos por los anuncios que ahí se dan, tampoco que se siga metiendo la mano una y otra vez al bolsillo de familias y empresas que necesitan urgente liquidez. Todos queremos levanta a nuestro país, con mucho trabajo, esfuerzo, solidaridad, pero sin corrupción, especulación, contrabando, evasión, nepotismo ni reciclaje. (O)


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