Método de Webster / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión



La Asamblea Nacional, el 3 de diciembre, aprobó las reglas para las próximas elecciones. Las principales reformas se refieren a la metodología de repartición de escaños, el control del gasto de campaña, el voto unipersonal y la paridad de género.

La repartición de escaños reavivó una vieja discusión sobre el procedimiento más adecuado. ¿D’Hondt o Webster? En el 2012 se fijó el método D’Hondt para los asambleístas provinciales y el de Webster para los nacionales. Esta vez, la mayoría de asambleístas levantó la mano a favor del segundo modo para todas las dignidades.

La historia de los métodos electorales es tan antigua como la misma democracia. Los atenienses crearon este sistema de gobierno alrededor del 508 AC. En una de sus primeras versiones, la elección se realizaba en sentido inverso. Los votantes elegían, anualmente, el nombre del político que querían desterrar por un periodo de diez años. En estas circunstancias, el objetivo no era buscar la elección, sino lo contario.

En los últimos 200 años, política y matemáticas han experimentado diversas técnicas para el reparto de puestos en función del número de habitantes y los votos obtenidos. Durante la Revolución Francesa, los miembros de la Academia de Ciencias de Paris, en especial Jean-Charles Borda, propuso una metodología para elegir a los miembros de la Academia. Este fue el “recuento Borda”. Sin embargo, los sistemas de reparto en muchos países están diseñados a partir de la constitución de los Estados Unidos de 1789.

El método de Webster (1782-1852), que será aplicado por el Ecuador, se caracteriza por dividir los totales de los votos, produciéndose secuencias de cocientes decrecientes para cada partido y asignándose los escaños a los promedios más altos. A decir de los proponentes, con esto se minimiza la injusticia.

La combinación de los métodos D’Hondt, para asambleístas provinciales y Webster para los nacionales, aprobada en el 2012, permitió que Alianza País acapare la mayoría en la Asamblea con exfutbolistas, presentadores de TV y estrellas de la farándula criolla, que poco podían aportar, no por su condición, sino por su irrupción improvisada en política. Hoy que las reglas están modificadas, se espera resultados diferentes, pero también se abre la expectativa sobre los próximos candidatos, para saber si estarán a la altura de las circunstancias. (O)

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