METAS SUPREMAS / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

Andar por el mundo como judío errante tiene sus ventajas. Observar la vida de muchos pueblos, sorprenderse con la variedad de sus costumbres, de sus culturas; en resumen, ilustrarse. Mientras el mundo es un escenario, todos los hombres y mujeres no desempeñan un papel exactamente igual. Sin embargo, los roles son los mismos, y el libreto rara vez varia.

Somos hijos, padres y abuelos. Son en esos momentos, los lapsos en los cuales pensamos y decimos las mismas cosas, cuando nos damos cuenta que cada uno en el mundo es de alguna manera nuestro vecino.

No todas las expresiones están reservadas para una sola nacionalidad. Los ingleses dicen “El cielo ayuda a quienes se ayudan a si mismos”. Los españoles dicen “El Señor ayuda a quien se levanta temprano”. Los ecuatorianos decimos “Qué para ver estamos criando”. Y cuando dos personas extrañas, hombre y mujer, se topan por primera vez, surge la pregunta de cajón “¡Eres soltera o casada”?

En el norte del continente americano, el dos de febrero es el Dia de la Marmota. Pero si la marmota ve su sombra, regresa a refugiarse en su guarida y a dormir por seis semanas más, mientras los humanos ven el inicio del invierno.

Los chinos creen que el dragón levanta su cabeza el segundo día del segundo mes Lunar; mes que resulta ser febrero. Las mujeres chinas no cosen en ese día, a no ser que sus agujetas perforen al dragón. Segundo de las circunstancias, el dragón levanta su cabeza y … comienza la primavera. Un hombre puede no simpatizar con el vecino, ni sentir necesariamente algo de respeto por las cosas en las que su vecino cree.

Sin embargo, todos los hombres escuchan orar a otro ser humano con cierto grado sobrecogimiento. La oración y el alimento son dos razones para conceder posposición de la pena a un criminal sentenciado.

La ética judío-cristiana tiene sus fundamentos en la mesa del comedor, los alimentos especiales se Semana Santa, el pan y el vino, la Ultima Cena.

Todos creemos, trabajamos, luchamos por cumplir metas, reímos, lloramos, en la misma forma, bajo los mismos sentimientos; y soñamos. Fincamos esperanzas también de la misma manera. Lo cual significa compartir lo mas significativo del universo: una humanidad común.

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