Vivir hacia fuera o hacia adentro / P. Hugo Cisneros

Columnistas, Opinión

MENSAJES JUVENILES

Nuevamente Darío Lostado quien nos recuerda que todo tiene su valor cuando nace en el interior del hombre.

Es muy frecuente encontrar personas que no pueden estar solas. Necesitan tener sus sentidos ocupados con impresiones externas.

Cuando los estímulos externos no son suficientes, se sienten aburridos, hastiados…

Es como si su vida se alimentase sólo de estímulos externos. Y cuando estos estímulos disminuyen o faltan, su vida queda sin sentido.

Se forma un círculo vicioso: Al vivir sólo hacia fuera, dependiendo de esos estímulos externos, se crea un hábito de buscar constantemente impresiones externas.

Y al vivir así se hacen más superficiales y más dificultad tienen de entrar dentro de sí mismos.

Son los que viven hacia fuera.

No podemos prescindir de vivir hacia fuera. Porque nuestra unidad psicosomática necesita conectar con la realidad física a través de los sentidos físicos.

Pero vivir sólo hacia fuera es vivir a medias.

Nuestra vida más luminosa, más intensa, más valiosa, más profunda, más duradera, más gozosa, más creadora se desarrolla dentro, en la actividad interior de los pensamientos y afectos de las ilusiones, de la imaginación creadora, de la conciencia.

Necesitamos vivir mucho más hacia dentro. Vivir hacia dentro no excluye el vivir también hacia fuera.

No vive bien hacia dentro quien no tiene presente esta realidad de los sentidos externos, del mundo sensible.

Pero tampoco, vive bien hacia fuera el que prescinde de su vida de dentro, de sus actividades más específicamente humanas, las actividades que nos desarrollan más como personas y se quedan en la periferia de sí mismos.

La gente se aburrirá menos, si viviese más su realidad interior, si viviese más hacia dentro.

Algunos tienen miedo de entrar dentro de sí mismos.

Tienen miedo de enfrentarse con sus propios pensamientos, afectos, deseos, miedos, aversiones, temores.

Ese es el afecto trágico del desconocimiento de sí mismos.

Nuestro interior es mucho más bello de lo que pensamos. A pesar de nuestros defectos y diferencias.

Esos defectos y actitudes negativas no son nuestra realidad.

Nuestra realidad, es buena y luminosa, creadora y gozosa.

Cuando no vivimos desde dentro nuestra realidad verdadera es cuando aparecen los defectos.

Viven con gozo hacia dentro los que han descubierto su riqueza interior. Y al vivir hacia dentro, más aumenta su riqueza.

Muchas personas caen y viven en esa vorágine de la espiral viciosa que les arrastra a vivir fuera de sí mismos.

Siempre hacia fuera, hacia las cosas, huyendo de sí mismos.

Sólo podemos hacer algo verdaderamente humano desde dentro de nosotros mismos. (O)

Deja una respuesta