MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL: No es cuestión de creer sino de saber / Klever Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

Se dice que lo que se necesitamos no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar y conocer, que es exactamente lo contrario, pues lo que nos negamos a conocer nos somete mientras que lo que aceptamos saber y conocer nos transforma. Mientras a alguien le tengamos en la ignorancia le perennizamos en la pobreza. Con mucha sabiduría alguien dijo yo no creo en la Acupuntura, yo conozco cómo funciona.

Desde que venimos al mundo, nuestra cuasi domesticación de la que hemos sido víctimas, nuestro sistema de creencias, nuestra idiosincrasia y nuestro característico pensamiento mágico – religioso han hecho que sea muy difícil la transculturación de esta muy rica, milenaria y generosa heredad médica oriental.

Expresiones que en mi larga experiencia (37 años como médico y 27 años como especialista en Acupuntura y Moxibustión) he tenido que escuchar expresiones tales como: “¿Estas agujas antes ponían en muñecos no?” (refiriéndose al muñeco de vudú o a algún tipo de magia negra) “¿Estas agujas deben tener algo en la punta, sino cómo me cura? “Yo pensé que dolía mucho la Acupuntura” “Doctor, le agradezco mucho que me curó de mi dolencia, pero quiero confesarle que vine con miedo porque mi pastor de la iglesia me dijo que la Acupuntura tiene que ver con lo satánico” entre muchas otras.

Solo creemos en lo que vemos y sabemos, lo desconocido, nos da miedo o le restamos validez. Se cumple nuestro famoso “Ver para creer”. Es por eso también que nuestra medicina cuando no encuentra nada visual en exámenes de laboratorio, ni en imágenes, ni en otras pruebas, se desencuentra en su desconcierto.

En términos generales, no tenemos la mínima intención de informarnos, de leer (vergonzoso el bajísimo porcentaje de gente que lee en Latinoamérica), solo buscamos ayuda médica desesperadamente cuando estamos muy mal y vamos a dónde el vecino o la comadre nos “recomiende” que vayamos sin informarnos de la probidad de tal o cual profesional.

No somos preventivos sino reactivos, basta ver que un semáforo se instala en una esquina luego de muchos accidentes, colocamos cámaras de vigilancia luego de que ya nos robaron y así por el estilo, acudimos al médico ya cuando estamos muy mal.

En nuestro patrón mental, desde que nacemos, están solo las agujas que conocemos, de coser costales, de coser telas, de las jeringuillas, y todas nos llevan a la lógica características de ser dolorosas si nos insertan en nuestro cuerpo, sin conocer la enorme diferencia con las agujas de acupuntura que son extremadamente finas y que gracias a la velocidad de inserción no duelen. La próxima semana continuaremos analizando la problemática base para que nuestra salud siga estando como está y vaya empeorando.

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