Manoseo mental / Klever Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

El ser humano desde que nace aprende a desarrollarse por medio de la imitación de sus padres, hermanos y amigos, esto es un proceso normal y natural, el problema es cuando a pesar del paso de los años y la edad este proceso no encuentra su fin en la madurez, se transforma en una manera cómoda de vivir, en donde en lugar de esforzarse en pensar por uno mismo, dejan que otros piensen por ellos para posteriormente adoptar sus ideas.

Este concepto del hombre que se mueve con las masas no es algo nuevo que nazca en la actualidad siguiendo al artista de moda, al sagaz politiquero “lavacerebros” o comprando los productos que  auguran curas milagrosas, desde inicios de la humanidad la historia está llena de estos ejemplos, casos en donde  se aseguraba que la tierra era plana o el centro del universo y la gente lo creía y lo seguía sin realmente cuestionar la veracidad de dichas afirmaciones, hasta que personas con un pensamiento crítico y diferente como Copérnico o Galileo se atrevieron a desafiar la ideología de la época y pensar diferente.

Se supone que la mayoría de las religiones deberían descansar sobre los principios morales buenos y totalmente deseables como predicar amor y respeto al prójimo dentro de una sociedad, a través de la historia se ha constatado que la mayoría de las veces las religiones han sido motivo de guerras, obstáculos al progreso de la razón y la ciencia invitando a sus “fanáticos” a abandonar el pensamiento crítico implantando dogmas de fe sobre lo desconocido y dando respuestas simples y fascinantes basadas  en el castigo divino y en el bienestar de la “otra vida”.

En general, las personas que se unen a las masas siguiendo incondicionalmente a un líder perverso son fácilmente manejables, se les puede hacer adoptar ideas que no son propias y que las defiendan como si lo fueran, así es como nace el fanatismo, desde aquel nacido en un estadio de futbol en donde los fanáticos son fácilmente atraídos hacia una mala afición insultante hacia el equipo contrario hasta aquellos que creen tener el derecho de realizar actos terroristas y homicidas so pretexto de reivindicaciones sociales .

Cuando un politiquero trama sus ideas de omnipresencia y totalitarismo, para tomar fuerza, lo primero que hace es deshacerse de personas de pensamiento crítico, es decir de aquellas personas que sabe se opondrán a él porque, a diferencia de la masa de gente que lo sigue, éstos eran capaces de pensar por sí mismos y darse cuenta de la verdadera situación.

Finalmente podemos decir que el pensamiento crítico es el impulsor más importante del avance de la raza humana, sin embargo, es algo que no se enseña. Será necesario enseñar a los niños que no hay verdad absoluta y que realmente sólo es lo que hasta el día de hoy con nuestro conocimiento e investigaciones creemos que pasa. Instruirle que él mismo, en el futuro, podría ser quien profundice aún más sobre el tema y encuentre otras causas complementarias o diferentes.

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