Malos ejemplos / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



El pasado domingo que celebramos el día del periodista ecuatoriano, me acordaba de una frase, a propósito del ejercicio de la profesión, que es tan certera como indiscutible: “una imagen vale más que mil palabras”. Y es tan precisa que se constituye en la expresión más fiel de lo que es el ejemplo en la vida diaria. Muchas veces no hace falta hablar, con solo actuar ya se ha dicho todo.

Y así como hay innumerables ejemplos positivos, alentadores, destacables y sobresalientes del quehacer humano, también hay de los malos. Y no sé si es coincidencia, pero apenas llevamos unas pocas horas de comenzado el 2020 y los malos ejemplos, aquellos que debemos rechazar, ya abundan en el mundo.

El papa Francisco dio el puntillazo inicial cuando reaccionó de manera inapropiada abofeteando la mano a una mujer que lo agarró fuertemente del brazo. No lo condeno, pero evidentemente no fue la reacción que esperamos de quien se dice representante de Dios en la tierra.

El desastre que dejaron las playas de Salinas la noche del 31 de diciembre sumada a la orgía desenfrenada de licor y uso indiscriminado de pirotecnia, fue también otro muy mal ejemplo con el que empezamos este año.

En Chile no se cansan de vandalizar. El fin de semana un grupo de feminazis lincharon a un sacerdote sacándolo a empellones del templo y vejándolo en plena calle. Además, continúan los saqueos y quema de iglesias. Buscan que se respeten sus derechos cometiendo delitos. Muy mal ejemplo.

Otro pésimo ejemplo -sobre todo para los jóvenes- es el de los revolucionarios correístas, que una vez que han sido formalmente llamados a juicio por el caso Sobornos 2012 – 2016, continúan negando lo evidente, haciéndose las víctimas y amenazando con volver. Pero como siempre digo, aún un peor ejemplo que ese es el que dan los simpatizantes de a pie que todavía aplauden y defienden corruptos.

Continúan los accidentes de tránsito, apenas iniciado el año ya se contabilizan varios muertos por esta causa. El mal ejemplo de muchos de quienes ostentan un título de chofer profesional se refleja lamentablemente en la pérdida de valiosas vidas.

Cada uno de estos casos y muchos otros que consideramos un mal ejemplo deberían convertirse en espejo de lo que no hay que hacer. Uno es lo que hace, más que lo que dice porque no se puede pregonar lo que no se practica. Hagamos pues que nuestra sola imagen valga mil palabras positivas. Seamos en definitiva, buen ejemplo, haciendo.

mariofernandobarona@gmail.com

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