Macará acaricia la gloria copera

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En una noche que quedará grabada en las páginas de oro del «Ídolo Ambateño», el equipo de Guillermo Sanguinetti asaltó el fortín eléctrico, venció 0-2 a #Emelec y se consolida como líder absoluto del hexagonal 2, quedando a un paso de sellar su boleto internacional. 

La fe mueve montañas, pero el fútbol de Macará mueve a toda una ciudad. Anoche, bajo el cielo guayaquileño y ante la mirada atónita de un estadio Capwell que no encontraba respuestas, el cuadro celeste (ayer vestido de gala con su alterna granate) dictó una cátedra de resistencia, estrategia y contundencia. Con un 0-2 categórico, el «Viejo y Querido» Macará estira su ventaja a 59 puntos, sacándole 4 de diferencia a Aucas a falta de solo dos jornadas. La Copa Sudamericana ya no es un anhelo; es una realidad que se acaricia con la punta de los dedos.

El inicio fue hostil. Emelec, herido en su orgullo, volcó su artillería sobre el arco ambateño. Durante los primeros 20 minutos, Macará sufrió, resistió y se aferró al orden táctico mientras el «Bombillo» arrinconaba a la visita. Sin embargo, el destino empezó a jugar a favor del Ídolo al minuto 40, cuando Facundo Castelli vio la tarjeta roja tras una dura entrada sobre Nahuel Arena. Con un hombre más, el tablero cambió.

Cuando el primer tiempo agonizaba, en el minuto 48’, apareció la magia. Una asistencia quirúrgica encontró a Federico Paz, quien con la frialdad de los elegidos, mandó la pelota al fondo de las redes. El grito de gol viajó desde el Guayas hasta Ambato: Macará se iba al descanso ganando.

En el complemento, Emelec intentó la heroica, pero Macará fue un muro infranqueable. Al minuto 66’, la sentencia llegó en forma de contragolpe fulminante. Janpol Morales, en una corrida eléctrica, eludió al guardameta y definió con el arco a su merced. El 0-2 era un mazo sobre la mesa. El liderato estaba blindado.

Con 59 unidades y el calendario a favor, Ambato se prepara para una fiesta. La mística de este equipo, que sabe sufrir pero sobre todo sabe ganar, tiene a la hinchada contando las horas para el próximo encuentro. Macará no solo ganó tres puntos; ganó el respeto de todo un país que ve en el equipo celeste al justo dominador del torneo. (D)

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