Los grandes no caen en un día / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

En el asedio ruso a Ucrania tomó fuerza la idea de que Estados Unidos estaba en tal decadencia energética que no podía suplir el abastecimiento de gas natural a Europa si Rusia decidía dejar de enviar gas por la tubería que conecta a ese país con los de la Unión Europea. Resulta que Estados Unidos, en su condición de primer productor mundial de gas natural, ha demostrado que puede enviar a Europa, por barcos, más cantidades de gas que las que envía Rusia. Los que pensaban que un grande, como Estados Unidos, iba a quedar relegado en la competencia energética se llevaron la sorpresa que el Tío Sam no descuida ninguna zona.

Los rusos y los árabes de Arabia Saudita son importantes productores de petróleo y, a veces, se atribuyen las fluctuaciones del precio del barril. Sin embargo, deben resignarse a ser segundones. Estados Unidos ha logrado ubicarse en el primer lugar, con una producción petrolera superior, en 20%, a la de Rusia y Arabia.

La alianza entre Rusia y China, forjada en el asedio ruso a Ucrania, es una poderosa fuerza para hacer frente a Estados Unidos. Algunos especulan que, con ello, se acerca el fin de predominio estadounidense en la geopolítica mundial. 

La fortaleza energética de Estados Unidos desmiente esa suposición, al menos en el campo del petróleo y el gas. En la minería, China está a la vanguardia, con el problema que sus compañías mineras no tienen el nivel tecnológico de las inglesas y australianas asociadas a poderosos intereses americanos. 

Y no sólo en materia energética Estados Unidos sigue a la cabeza. También en otras áreas. Es, por ejemplo, deudor de China, debido a los bonos del Tesoro adquiridos por los chinos. Ser deudor en dólares le da una gran ventaja al que emite los dólares. Se equivocan quienes creen que, un grande, como Estados Unidos, puede caer de un día a otro para ser desplazado fácilmente del escenario mundial.

Rendirle tributo a Xi Jinping, como lo hicieron los presidentes de Argentina y Ecuador, en los juegos olímpicos de invierno, es un acto temerario. El gobernante chino gobierna el Estado más poblado sobre la tierra, pero no el más poderoso. Los gobernantes del llamado mundo libre no acompañaron a Xi Jinping. Mantuvieron una prudente distancia.  (O)

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