La patria se desangra / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión

Los ecuatorianos estamos aterrorizados y angustiados por la infinidad de crímenes que a diario se ejecutan en nuestro país, y como si estas crueldades que comenten estos seres diabólicos no sacian sus perversos instintos, se solazan con exhibir los cuerpos inertes de sus víctimas a manera de trofeos, haciendo gala de sus inclinaciones salvajes como señal de desafío y poder invencibles.

La lectura que nos queda de estos negros episodios nos transporta a la época de la barbarie, en la que prevalecía una actitud de crueldad y violencia; actitudes atribuidas a la falta de civilidad considerándose salvaje o sin valores éticos, ni morales. El significado de barbarie se refiere a la cualidad de un ignorante, semejante a una fiera.

Por tanto, se puede colegir, que la ignorancia es una de las causas que deterioran la convivencia social bajo parámetros de igualdad, equidad, libertad y paz. La ignorancia no es solamente el hecho de no saber leer ni escribir, el no tener conocimientos científicos sobre el mundo, sino principalmente el desconocer el valor propio de cada uno como persona humana; el no considerarse como un ser parte, pero diferente de la naturaleza, en la cual vive y de la cual debe saber hacer uso; el no reflexionar ni tener conciencia de su ser social, de sus obligaciones, de los derechos de sus semejantes, de su potencial de progreso.

Es por lo tanto de suma urgencia reorientar la acción educativa, revisar a fondo los procesos de desarrollo del potencial humano. Convertir el desarrollo del potencial humano en una prioridad política, que involucre a todos los sectores de la sociedad que tengan que ver con la formación de los niños y jóvenes, que a más de los conocimientos científicos y tecnológicos, que claro está que de éstos depende en gran medida el avance y desarrollo de la sociedad; sin embargo, es tarea urgente que en los currículums se incluya el cultivo de los valores éticos, espirituales, culturales y morales que garanticen una formación integral de sus educandos.

Dentro del desarrollo de la política del potencial humano, debe por lo tanto darse una especial prioridad a la “recuperación de los valores en el contexto educativo”. El concepto de educación en su significado más amplio tiene que ver con lo relativo a cambio, sustitución y creación de valores. No se desconoce la importancia de la transmisión de conocimientos e incrementar la información y el desarrollo de habilidades y destrezas. Pero de las tres dimensiones de la educación (valores, conocimientos y destrezas), la de mayor importancia y trascendencia por sus efectos a largo plazo y en profundidad, es la que corresponde a los valores.

Este proceso de cambio de valores requiere planeación y programación para convertirse en realidad. Debería ser el resultado de un gran movimiento social en el que la corresponsabilidad y coparticipación de todos/as, apostemos por una nueva sociedad integrada por seres humanos cultos, saludables y honorables. Será la única forma  de evitar que la Patria se desangre.

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