Lecciones / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión



La terrible pesadilla que vivimos los ecuatorianos, por el paro provocado por el sector “indígena” durante 1os doce días de paralización,  nos ha dejado grandes lecciones. Y es que la corrupción inadmisible del gobierno anterior propicio un panorama desbastador, que para el actual gobierno le representó un callejón sin salida.

¿Por qué nuevas medidas económicas? Solo la miopía no les permite ver a ciertos ciudadanos y grupos sociales que las tendencias de los indicadores estadísticos no son para nada halagadores, no nos dan una luz de una patria con esperanza. De tal manera que las anunciadas medidas buscan encontrar soluciones económicas y sociales que favorezcan al desarrollo del País.

Frente al déficit fiscal, no le quedó otra alternativa al ejecutivo que acudir al FMI; a fin de que las medidas declaradas y necesarias sirvan de escalinatas para brindar mejores días a la población. Frente a esta intención las “mentalidades cerradas” de los “líderes”, buscaron no “construir” sino “destruir” al Ecuador. Y humillarle con amenazas permanentes.

Si hablamos de democracia, la lectura es: sinónimo de libertad, de igualdad ante la ley e igualdad de oportunidades, participación integral y activa en los procesos democráticos que conduzcan al  logro de mejores niveles de vida. Lastimosamente, no se cumplió por parte del gobierno con el proceso de inclusión y socialización de las nuevas mediadas ¡He allí la falencia!, el pueblo, que adolece de conocimientos por su limitada educación, no dimensionaron el espíritu de las medidas decretadas. Por falta de esta orientación, de la puntualización de objetivos claros y concretos, fallaron muchos esfuerzos económicos, y se agudizó el problema, como hoy lo estamos palpando.

Frente a este escenario, asomaron los “líderes indígenas, salvadores de su etnia”, arengando a sus vecinos que aquellas medidas van acabar con “los más pobres” Para un iletrado esta noticia resulto ser la “tragedia más grande ”, para su vida y el de sus familias.

Los representantes y sus bases muy bien informados, bien ilustrados sobre los ejes sustentados por el gobierno nacional; hubieran sido los mejores aliados  y  motivados para los esfuerzos que es posible armonizar y que sean capaces de movilizar la solidaridad de los grupos, los partidos políticos y el pueblo en general.

Una buena lección.  Es imperativo alcanzar un proceso de integración de los diferentes grupos sociales. Si solo se considera como pueblo a quienes han estado embarcados en el tren del progreso económico, no se identificará como el gobierno de las mayorías.

La Ley es la conciencia de un pueblo; romper la ley es romper la conciencia ciudadana; atacar su autonomía.

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