Las deudas preocupan en la pandemia / John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Las actividades “normales” antes de la propagación del COVID-19 implicaba entre otros, la compra-venta de productos, procesamiento de materia prima, oferta turística en hoteles, transporte en la ciudad y fuera de él, educación en planteles, desarrollo tecnológico, etc., en realidad son innumerables las diligencias que realizamos en el trajinar diario.

Para cumplir nuestro cometido tenemos que interactuar con los factores de producción como son, capital, tierra, talento humano y tecnología; por supuesto la consecución de cada uno de ellos no es fácil y con frecuencia acudimos al sistema financiero para solicitar líneas de crédito que a base de planificación y dependiendo las variables del mercado, calculamos su pago en unidad de tiempo.

Para proyectar pagos consideramos factores como la demanda, competencia, importación, devaluación de otros países, tasas de interés, etc y podemos estimarlos para la amortización o pago del capital e interés en uno o dos años, talvez tres o cinco, todo va a depender de las circunstancias.

En este momento en el que se encuentran paralizadas diversas actividades y que nos preocupamos prioritariamente en nuestra salud y llevar alimentos a casa, vemos que difícilmente podremos cumplir con los créditos que solicitamos con antelación; no solo se trata de pagar el interés o talvez el capital, sino de establecer, con criterio técnico por parte de las autoridades el reinicio de actividades que no afecte a nuestra salud, pero que permita retomar los trabajos.

Vivimos al día, eso es cierto, no tenemos cultura del ahorro peor aún de la inversión, claro que, si no tenemos trabajo, menos vamos a poder ahorrar, pero ahora vemos la importancia de prever el futuro por fenómenos inciertos.

Con dos o tres meses de retraso en nuestras cuentas, si queremos reestructurarlas, recordemos que en el cálculo debemos incluir el pago de la cuota del mes vigente y, quizá el pago de servicios básicos (retrasados) y el de la renta del local y del hogar.

Para refinanciar a un tiempo determinado, recordar todos los pagos retrasados y, estimar que las ventas no serán las de antes, las cosas se encuentran cambiando continuamente. (O)

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