La paz, reestablecida. /Juan Diego Valdivieso Rowland
El presidente de la República ha derogado el Decreto Ejecutivo 883, o más bien dicho el decreto que creó discordia, violencia y sinsentido. Como reza el refrán popular “nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde”. Esta frase aplica para todo, pero en el contexto actual me refiero a uno de los bienes más preciados de la humanidad: la paz. Es este estado social el que nos lo quisieron arrebatar un puñado de “líderes políticos” -hoy judicializados-, que están claramente identificados junto a sus bases. Es correcto estimado/a lector/a, me refiero al correísmo, ese putrefacto y lánguido sector aupado por su caudillo desde Bélgica -aunque recientemente desde Venezuela-, el cual incitó a la rebelión, violencia, terrorismo y vandalismo en las carreteras, calles, barrios populares, de clase media y media-alta, donde sus huestes tuvieron en zozobra a la mayoría de los ecuatorianos trabajadores y de bien durante los últimos 12 días. Tampoco están exentos unos pocos indígenas que se desviaron de su causa y ocasionaron el caos.
Enhorabuena las autoridades competentes han iniciado los procesos judiciales para castigar a los autores intelectuales y materiales de delitos como la destrucción de bienes públicos y privados -entre esos el incendio a la Contraloría-, los saqueos y robos masivos a domicilios y comercios en todo el Ecuador, el bloqueo de vías y la amenaza de hordas de delincuentes que alteraban la paz ciudadana. La verdad es que todos hemos perdido. Varios sectores productivos se declararon en emergencia: florícola, de brócoli, ganadero; el sector petrolero, que vio mermada su producción por la toma de varios pozos en la Amazonía; el educativo, el turístico, el de transporte y logística; en fin, podríamos seguir con la lista, pero lo importante es destacar que los incitadores a la violencia deben ser sancionados y, ojalá, obligados a resarcir las millonarias pérdidas económicas y sociales, como la cohesión del tejido social. ¡Nunca más la violencia! (O)
@jdvrowland
