La paranoia izquierdosa de los Derechos /Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión

 

Lo hemos dicho en varias ocasiones y por mi parte no voy a cansar de repetirlo: desde la instauración de la Revolución Ciudadana (RC) en el Ecuador se ha enraizado en la sociedad una evidente división no solo desde lo político, sino incluso desde el ejercicio de derechos ciudadanos. Llegaron con la novelería (otra de tantas) a disponer, por ejemplo, que ahora los criminales tienen el derecho a que los medios de comunicación cubran sus rostros y no divulguen sus nombres, disqué con el cliché de respetar su honra, así tenga un prontuario con decenas de delitos. ¿Qué se ha logrado?, pues, aparte de mantener la consigna de un pésimo sistema penal en el que salir de la cárcel es más rápido que ingresar en ella, el no ser sometidos al menos a un escarnio público mostrando sus caras en los diferentes medios, también se ha convertido en otro derecho adquirido por los delincuentes, porque de hacerlo, la prensa podría ser duramente sancionada.

Otra de las novelerías de la RC en materia de inclusión de derechos tiene que ver con alentar la mediocridad sobre todo en la educación secundaria, permitiéndoles a los vagos, descuidados o irresponsables (llámelos como quiera) rendir un montón de exámenes finales para que a la cansada pasen de año; es más, ahora ya dosifican la cantidad de deberes o simplemente no los tienen. Y por si todo esto fuera poco, o tal vez como consecuencia de todo esto, a los chicos ni en la casa ni en el colegio hay como tocarlos porque ‘ahora ya tienen derechos’ -como si antes no los hubieran tenido-, llegando al extremo la semana pasada de separar a un profesor del colegio Mejía grabado en video mientras pegaba con una vara un par de fuetazos en el trasero a algunos alumnos. Se armó tal polémica que mientras los padres de familia e incluso los mimos estudiantes respaldaban al profesor y exigían su reintegro, otros criticaban ‘la violencia’.

Esta paranoia izquierdosa que promueve derechos al que es y al que no es, ha sido motivada por el sistema perverso y fracasado del Socialismo del Siglo XXI al pretender estatizarlo todo, y querer que el Estado controle, regule, vigile y maneje absolutamente todo. Qué tremendo daño le ha causado la RC a la sociedad, porque no todos son derechos, se olvidaron -en los casos citados- que también hay obligaciones y consecuencias que afrontar, que un delincuente con cincuenta detenciones o más no debe tener el mismo tratamiento que alguien que jamás ha delinquido; que a un estudiante se le debe exigir que estudie y enseñar que sea disciplinado, y si no recibe estas lecciones en casa (que es donde debería) no está mal que un inspector se lo recuerde sin excesos. De la misma forma, hay que criticar también el vandalismo de los estudiantes del Mejía en las calles.

Hay derechos, y para exigirlos no es necesario vulnerar los de terceros, es preferible asumir responsablemente también las propias obligaciones. (O)

 

 

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