La pandemia no descansa en Navidad / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

________________

A pesar del esperanzador inicio de la vacunación en varios países y el anuncio de la pronta llegada de las primeras dosis a territorio ecuatoriano, las alarmas siguen encendidas, tras el descubrimiento de una mutación del coronavirus pandémico.

Esta variante, bautizada como linaje B.1.1.7, no es la primera transformación del SARS-CoV-2, pero sería un 70% más transmisible. Al parecer, la preocupación mundial es justificada, puesto que se ha convertido rápidamente en la cepa dominante de los casos de Covid-19 en algunos sectores de Inglaterra y se relaciona directamente con el aumento de hospitalizaciones, en la capital de este país.

El fantasma de la cuarentena mundial vuelve con fuerza y el peligro de nuevos brotes de contagio preocupa, tanto en zonas donde la segunda ola está causando estragos y mucho más todavía en las naciones que no han terminado de pasar el primer golpe de la pandemia. Las medidas de algunos gobiernos nuevamente son drásticas. Europa y varios países latinoamericanos cierran sus aeropuertos para viajeros del Reino Unido. Ecuador exigirá pruebas de detección del virus en el arribo a los aeropuertos internacionales. Mientras, México y Brasil, como al inicio, desafían el riesgo y no se pronuncian.  

Debe quedar claro que la población mundial estará más protegida cuando alrededor del 70% de la ciudadanía haya superado la enfermedad o cuando haya recibido la vacuna. En estas condiciones, la posibilidad de nuevos brotes de la enfermedad será mucho menor.

Estas cifras son aterradoras. El 70% de la población ecuatoriana suma 11 millones de personas y dado que la tasa de mortalidad pude llegar al 1%, en los próximos meses se podría duplicar o triplicar el número de fallecidos en la pandemia hasta ahora, considerando que las cifras oficiales no corresponden a la realidad del país.

La vacuna no vendrá inmediatamente en las cantidades que se requiere y cuando llegue tardará varios meses en ser subministrada a la población. Por eso, es vital reducir el número de personas que vayan propagando el virus. El distanciamiento social, la suspensión de aglomeraciones y la higiene personal son irrenunciables para bajar el riego de contagio. Ante esta situación, las restricciones de movilidad anunciadas por el presidente Lenin Moreno, son razonable y ojalá no sean tardíos. (O)

Deja una respuesta