La migración educativa / Editorial
Con el inicio del nuevo año escolar en la Sierra y Amazonía, ha salido a la luz un fenómeno que viene gestándose durante la última década: un número creciente de estudiantes está abandonando los centros educativos particulares para ingresar al sistema público. Según cifras del Ministerio de Educación, más del 20 % de alumnos ha hecho este cambio en los últimos diez años.
Esta migración no es casual. La educación pública, garantizada por la Constitución como un derecho gratuito, laico y de calidad, se presenta como la única alternativa viable para muchas familias ecuatorianas. Los elevados costos de la educación privada —que en algunos casos superan los 400 dólares mensuales por estudiante— son inalcanzables para buena parte de la población. Una familia con dos hijos en edad escolar podría llegar a destinar más de 800 dólares mensuales solo en colegiaturas.
Frente a esta realidad, muchos padres han optado por matricular a sus hijos en instituciones públicas. Sin embargo, esta decisión, conlleva un enorme reto para el Estado: garantizar que esos centros educativos estén a la altura de las expectativas y necesidades actuales.
En 2025, la inversión estatal en educación pública bordea los seis mil millones de dólares. Pero si la tendencia migratoria continúa, el Gobierno Nacional deberá considerar un aumento presupuestario de al menos el 10 % para el próximo año. (O)