La juventud en la política / Aracely Silva Cadmen

Columnistas, Opinión


Un joven es el verdadero sinónimo de cambio y rebelión. Es la figura que llena de esperanza los ojos de los más adultos y llena de curiosidad los pensamientos de sus pares. Un joven debe desenvolverse entre la experiencia, la formación académica, el ejercicio, el aprender y el triunfar con humildad.

Es necesario superar las visiones simplistas sobre la vida política de los jóvenes que tanta difusión tienen en nuestra sociedad actual, introduciendo una perspectiva más compleja de la situación,  en la que tengan capacidad las nuevas condiciones en que los jóvenes viven hoy su juventud y la pluralidad.

En lugar de seguir discutiendo sobre si la juventud actual está desencadenada, si es escéptica o, por el contrario, es alternativa,  habría que empezar a pensar en que la mayoría de los jóvenes son las tres cosas a la vez.

Incluir en los procesos políticos a la mayor población juvenil es una parte vital del fortalecimiento de la gobernanza democrática.

Es muy importante y trascendental que los jóvenes sean parte de la política en nuestro país,  reciban apoyo y así,  se pueda contribuir a los cambios en las normas culturales para que las capacidades de liderazgo juvenil sean más ampliamente reconocidas.

El fortalecimiento de los jóvenes y transformaciones sociopolíticas en la sociedad, son necesarias para el buen vivir en  la comunidad, proyectándose como medio para dar paso a cambios estructurales en la sociedad ecuatoriana, la manera de relacionarse los jóvenes con la política del país y que genera la representación o no de los mismos en la toma de decisiones, propuestas, compromisos y cambios políticos.

Ser joven, político y parlamentario es el desafío más grande que puede tener aquel que vive en un país donde el Gobierno arrebata oportunidades y no da garantías de una vida digna. Asumir este reto es poner al servicio del país las ganas de trabajar, la rebeldía y la fuerza para construir una realidad donde se pueda convivir en democracia, libertad, justicia y paz.

“La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.” (O)


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